
La Dra. Montessori considera a la adolescencia como una etapa delicada, donde suceden grandes transformaciones, una especie de metamorfosis; al llegar a los doce años, compara a la persona con un recién nacido social, que requiere de consideraciones especiales para que logre integrarse al mundo convertido en un joven adulto consciente de su misión de vida, algunos años más tarde.
La adolescencia, una etapa de transformaciones
La adolescencia es la fase de las dudas y las emociones intensas. Las transformaciones bioquímicas y físicas, que empiezan en la pubertad y se presentan con más fuerza hasta los 15 años, requieren de gran energía por parte del adolescente. De ahí la necesidad de largos períodos de sueño y la recomendación de una alimentación sana y abundante, basada en frutas y verduras frescas.
También, disminuye la habilidad para concentrarse, por lo es el momento adecuado para el aprendizaje de oficios y actividades manuales.
El adolescente es introvertido, pero al mismo tiempo busca a sus compañeros y es capaz de anteponer las necesidades de otros a las personales, aunque se aleja del adulto. La convivencia con los padres y el sentido de pertenencia al grupo son muy importantes y busca modelos de comportamiento para imitar.
Es una etapa de expectación y gran sensibilidad, donde la persona necesita fortalecer la confianza en sí misma. Si no se ofrecen las ayudas necesarias en este momento, pueden manifestarse defectos en el carácter como la timidez, la ansiedad, la depresión y el complejo de inferioridad, que además de afectar al individuo se verán reflejados en la pereza, la dependencia, el cinismo y hasta la criminalidad en la sociedad.
La adolescencia también es el momento propicio para remediar alguna situación negativa de la infancia.
Montessori y Adolescencia
“Los niños pasan de tener sentimientos abstractos hacia las personas que los rodean, hacia experimentar un sentimiento abstracto hacia la humanidad en general, tratan de entender el comportamiento presente y pasado de la sociedad… Ellos están orientados a encontrar su propio valor dentro del grupo”, expresó María Montessori en 1939 en Edimburgo, en la conferencia sobre Los cuatro planos de desarrollo.
¿Cómo puedo ayudar a que el mundo sea mejor?
En relación a los niveles sucesivos de independencia, la adolescencia es el período adecuado para que la persona empiece a experimentar el valor del trabajo y pueda lograr la independencia económica en la edad adulta.
¿Cuáles son algunos de los retos que enfrenta la educación en la adolescencia?
En el capítulo: El niño frente a la tierra, del libro De la Infancia a la adolescencia, la Dra. Montessori expresa estas situaciones, que siguen siendo comunes en nuestros días:
La escuela tradicional no responde ni a las necesidades de adolescentes ni a las necesidades de la sociedad: la mayoría de los alumnos consideran las actividades escolares como una carga, porque están desvinculadas de sus intereses y pocas veces se les permite desarrollar habilidades prácticas.
Por otro lado, tampoco fomenta el surgimiento de una comprensión del funcionamiento de la sociedad, por lo que los jóvenes se ven limitados en su papel de agentes promotores del progreso social, ya que la escuela los coloca en un molde de estrechez, egoísmo y artificialidad.
Hay un desequilibrio entre el desarrollo de la tecnología y el desarrollo humano: la humanidad tiene como principal tarea la transformación de la naturaleza, según Montessori, pero en esa búsqueda de mejorar y facilitar la existencia a través de la tecnología, se ha desatendido el desarrollo de seres autónomos, empáticos, proactivos, tolerantes y auto motivados.
Descubre los Cursos Montessori para la etapa de seis a doce años que hemos diseñado para ti
Es importante destacar como el conocimiento cambia a gran velocidad, los saberes no son definitivos, por lo que en vez de promover una educación basada en la acumulación de datos, hay que buscar que los jóvenes aprendan a aprender. La personalidad humana debe prepararse para lo imprevisto y la principal cualidad a desarrollar es la adaptabilidad ante un futuro incierto.
Sin duda, es necesaria una capacitación más dinámica de los estudiantes, que abarque el desarrollo de diferentes habilidades y no solo buscar un alto grado de especialidad, como ocurre en los niveles universitarios.
También, debe otorgarse la misma importancia al desarrollo motor, cognitivo, emocional y social, haciendo énfasis en la adquisición gradual de la autonomía.
“Los hombres con manos y sin cabeza y los hombres con cabeza y sin manos, están igualmente fuera de lugar en la comunidad moderna”, escribe la Dra. Montessori en el libro antes mencionado.
Adela Vizcaíno R.
Departamento Pedagógico
Deja una respuesta