Maria Montessori (Chiaravalle, 1870 ā Noordwjek, 1952) fue una pedagoga italiana que renovĆ³ la enseƱanza desarrollando un particular mĆ©todo, conocido como mĆ©todo Montessori, que se aplicarĆa inicialmente en escuelas primarias italianas y mĆ”s tarde en todo el mundo.
Dirigido especialmente a niƱos en la etapa preescolar, el mĆ©todo Montessori se basaba en el fomento de la iniciativa y capacidad de respuesta del niƱo a travĆ©s del uso de un material didĆ”ctico especialmente diseƱado. Montessori propone una gran diversificaciĆ³n del trabajo y la mĆ”xima libertad posible, de modo que el niƱo aprenda, en gran medida, por sĆ mismo y al ritmo de sus propios descubrimientos.
Licenciada en Medicina en 1896 en la Universidad de Roma, ayudante el aƱo siguiente en la cĆ”tedra de PsiquiatrĆa de la misma universidad, se vio impulsada por su instinto profundo al estudio de niƱos especiales y advirtiĆ³ inmediatamente que su problema, mĆ”s que mĆ©dico, era pedagĆ³gico. Expuso sus ideas sobre esta materia en el congreso pedagĆ³gico de 1898 de TurĆn.
El ministro Baccelli le encargĆ³ que diera un curso a las maestras de Roma sobre la educaciĆ³n de los niƱos con necesidades especiales, curso que se transformĆ³ despuĆ©s en una Escuela Magistral OrtofrĆ©nica, dirigida por Montessori durante dos aƱos.
A continuaciĆ³n viajĆ³ a Londres y a ParĆs para profundizar en estos estudios, asistiendo luego a cursos de filosofĆa en la Universidad de Roma y de psicologĆa experimental, convencida de que la educaciĆ³n del niƱo habĆa de tener su primer y esencial fundamento en el conocimiento cientĆfico, somĆ”tico y psĆquico de su ser.
La lectura de las obras de J-M.G. Itard y de E. SĆ©guin, los dos ilustres maestros de educaciĆ³n especial en Francia, la ayudaron a profundizar los problemas de dicha educaciĆ³n, que bien pronto se convirtieron en la base que cimentĆ³ la aplicaciĆ³n y revelaciĆ³n de las leyes generales de la educaciĆ³n del niƱo.
Mediante una experiencia prĆ”ctica y fecunda, la obra desarrollada entre niƱos especiales trajo como consecuencia la apariciĆ³n de una Montessori teorizadora y organizadora de un mĆ©todo general de la educaciĆ³n infantil. En 1907, precisamente en enero, por encargo del Instituto dei Beni Stabili de Roma, Montessori abrĆa en uno de los nuevos barrios obreros la primera āCasa de los niƱosā, a la que pronto le seguirĆa otra, tambiĆ©n en Roma.
Desde allĆ, la InstituciĆ³n se difundiĆ³ por Italia y mĆ”s aĆŗn por el resto del mundo, tomando el carĆ”cter de instituciĆ³n independiente, organizada de un modo cada vez mĆ”s claro como un mĆ©todo original de educaciĆ³n infantil.
Este mĆ©todo, ya maduro por la experiencia y la reflexiĆ³n, fue expuesto por Montessori en el volumen Il Metodo della pedagogia scientifica applicato allāautoeducazione infantile nella Casa dei bambiniĀ (1909), editado mĆ”s tarde varias veces (1913, 1935, hasta la IV, de 1950, aparecida con el tĆtuloĀ La scoperta del bambino) y pronto traducido a las principales lenguas.
El mĆ©todo consistĆa en desarrollar la autonomĆa del niƱo, que encontraba en la āCasa de los niƱosā, con el material indispensable para el ejercicio de los sentidos, los objetos apropiados a sus aficiones y a sus proporciones fĆsicas. Las posibilidades de aplicar su trabajo personal y segĆŗn su libre elecciĆ³n, junto con la soluciĆ³n a problemas prĆ”cticos interesantes, mediante todo el variado material puesto a su disposiciĆ³n, proporcionaban al niƱo la autoestima necesaria para la toma de decisiones.
El instinto mƔs grande de los niƱos es precisamente liberarse del adulto.
El principio dominante era el de dejar hacer, de vigilar para ayudar en caso de necesidad, de tener fe en el valor inmenso de una actividad libre, desarrollada con vistas a finalidades concretas, adoptadas por el niƱo, capaz de impulsar un desarrollo seguro y de desembocar, poco a poco, en descubrimientos espontĆ”neos y conquistas segĆŗn un ritmo natural y segĆŗn una sucesiĆ³n de āperĆodos sensitivosā, vinculados a sus aficiones particulares.
Era preciso saber comprender y satisfacer en el momento adecuado, para no dejar pasar la ocasiĆ³n propicia sin el indispensable ejercicio de cada periodo.
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Era un programa y un apostolado que se inscribĆan con caracteres propios en el movimiento de la āescuela activaā y que enlazaba, mĆ”s o menos, con Rousseau y con Friedrich Froebel. La obra siguiente, Lāautoeducazione nelle scuole elementariĀ (TurĆn, 1910), tambiĆ©n reeditada dos veces en 1916 y en 1940, aplicaba el mĆ©todo a las enseƱanzas en la escuela elemental.
Entretanto, desde 1909, Montessori profesaba en CittĆ di Castello cursos para maestros, protegida por dos benemĆ©ritos de la educaciĆ³n popular: Leopoldo y Alice Franchetti. AdemĆ”s, escribĆa artĆculos en italiano y en inglĆ©s para ilustrar su mĆ©todo y su pensamiento, que mĆ”s tarde sintetizĆ³ en el Manuele di pedagogia scientificaĀ (NĆ”poles, 1921).
A partir de 1913-14, se multiplican sus estancias en AmĆ©rica del Norte y en muchos paĆses europeos: Alemania, Gran BretaƱa, EspaƱa (Barcelona fue la ciudad que se interesĆ³ por los nuevos mĆ©todos), Holanda y Suecia. Estuvo despuĆ©s en China y en la India, y al mismo tiempo se difundĆan por todo el mundo las āCasasā montessorianas.
Su influencia se dejaba sentir tambiĆ©n en paĆses como Francia, Austria y Suiza. Mientras tanto, sus obras eran traducidas a casi todas las lenguas y el pensamiento de Montessori, aun conservando las lĆneas esenciales, desarrollaba los gĆ©rmenes espirituales, la visiĆ³n, algunas veces mĆstica, de la naturaleza y la inspiraciĆ³n religiosa, que afloraban ya en las primeras obras.
Las etapas de su evoluciĆ³n, hasta incluir influencias del psicoanĆ”lisis, estĆ”n representadas por:
En conferencias, cursos y congresos se desarrollaba la actividad formidable de la educadora. En 1916 tambiĆ©n fundĆ³ en Barcelona una āIglesia de los pequeƱosā, donde se aplicaban los principios de āCasa dei Bambiniā a la educaciĆ³n religiosa de los pequeƱos, tema al que dedicĆ³ despuĆ©s algunos ensayos (I bambini viventi nella Chiesa, 1924;Ā La Santa Messa spiegata ai bambini, 1949).
Cada vez concentraba mĆ”s su apostolado en la idea de que el niƱo educado con pleno respeto a su libertad y a sus infinitos recursos debĆa ser el educador del adulto, el regenerador de la humanidad y que la formaciĆ³n del hombre, segĆŗn los principios predicados por ella, podĆa y debĆa garantizar el triunfo de la justicia y de la paz en el mundo.
El pequeƱo volumenĀ Formazione dellāuomoĀ (1949) y los tres ensayos contenidos enĀ Educazione e paceĀ (1949), representan, puede decirse, su testamento espiritual.
En los Ćŗltimos aƱos de su vida, participĆ³ de modo notable y competente en los trabajos de la U.N.E.S.C.O. y fundĆ³ el centro de estudios pedagĆ³gicos en la Universidad para extranjeros de Perusa. La doctora Montessori falleciĆ³ elĀ 6 de mayo de 1952 en la ciudad deĀ Noordwijk, en los PaĆses Bajos.
Si existe para la humanidad una esperanza de salvaciĆ³n y ayuda, Ć©sta no podrĆ” venir mĆ”s que del NiƱo, porque en Ć©l se construye el Hombre.