
¿Es lo mismo la fantasía que la imaginación? Este tema siempre resulta muy polémico entre nuestros estudiante. Se preguntan: “¿pero por qué la fantasía es mala? si es el mundo de los niños”, y ahí inicia la polémica, que nos presenta un buen momento para explicar la diferencia entre estos dos conceptos. Primero analicemos sus definiciones.
Fantasía: idea, historia, cosa o percepción falsa de la realidad que solo existe en la mente de quien la imagina.
Imaginación: la imaginación es un proceso creativo superior que permite al individuo manipular información generada intrínsecamente con el fin de crear una representación percibida por los sentidos.
¿Qué es la fantasía?
Existe una línea muy delgada entre estos dos conceptos, incluso se llega a encontrar una misma definición para ambos términos o un uso indistinto de los mismos. Sin embargo, desde el enfoque Montessori, la fantasía es considerada un desorden del carácter, pues dificulta al niño la posibilidad de concentrarse en objetos reales.
En este sentido, lo que encontramos es que la mente vaga por el reino de la fantasía y se aparta de su función normal, en este reino no existe ningún control de los errores, no hay nada que coordine el pensamiento, resulta imposible prestar atención a las cosas reales y a todo lo que se puede derivar de esto, como por ejemplo, el pensamiento creativo.
Debemos comenzar por reconocer que la vida interior debe construirse sobre el mundo real, si como educadores/padres redirigimos la atención del niño sobre las cosas reales y hacemos esa realidad accesible y atrayente, lograremos interesar al niño.
Así, veremos como el juego de fantasía de una comida, es reemplazado por la preparación de una verdadera comida, de esta forma reclamaremos la atención de esa mente que vaga alejada de su propia construcción, al atraerla hacía el campo de la realidad.
Relación entre fantasía e inteligencia
La inteligencia se desarrolla únicamente por el análisis crítico de la realidad que se percibe y esto evidentemente sucede en el contacto con lo real.
La realidad es percibida a través de nuestros sentidos, es lo que reconoce nuestra corteza cerebral, el sentido visual de un niño en la primera etapa de desarrollo, puede ser fácilmente engañado por imágenes que muestran la fantasía como si fuese algo real, por lo tanto para que el niño construya su mente debe tener experiencias reales percibidas a través de sus sentidos.
Muchas veces los adultos tenemos la creencia de que desarrollamos la imaginación de los niños al exponerlos a aceptar como reales cosas que provienen de la fantasía.
en nuestro tiempo esto se acrecienta por uso excesivo de la televisión antes de los seis años. La Dra. Susan R. Johnson habla sobre la correlación entre la disminución sensorial general que sufre el niño y la afectación en el desarrollo motriz, que afecta la capacidad de concentración y la exposición a la televisión.
Un niño que vive en un mundo de fantasía se muestra constantemente disperso, ensoñando mundos/situaciones inexistentes, alejado de la concentración y nutriendo percepciones falsas que llevan a un razonamiento falso, que impide el desarrollo de la inteligencia del niño.
El niño de la primera etapa utiliza un tipo de pensamiento concreto, absorbe las imágenes integrándolas en su cerebro, sus posibilidades de desarrollo aún no le permiten hacer una diferenciación entre lo real y la fantasía, las imágenes pasan a formar parte de él de manera directa ya que no puede juzgar lo que ve, solamente absorbe de manera inconsciente y esto tiene consecuencias que se traducen en miedos, agresión, entre otras conductas disfuncionales.
En los ambientes Montessori son muchos los ejemplos que nos permiten ver como el niño, al concentrarse en un trabajo, deja fuera la fantasía y el desorden en sus movimientos (otro elemento central que organiza la personalidad del niño).
Esto le lleva a transformarse en un niño sereno y sosegado, atraído por la realidad, haciéndose cargo de su propio desarrollo al seguir su naturaleza que es el amor al trabajo. La Dra. nos dice al respecto:
“Desde entonces, se convierten en el instrumento de una inteligencia ávida de conocer y penetrar la realidad del ambiente. Así, la curiosidad errante se transforma en un esfuerzo para adquirir conocimientos.”
¿Qué es la imaginación?
Dicho lo anterior, debemos entender que el niño que usa su imaginación para crear cosas, para buscar soluciones etc., es un niño sano y tenemos que hacer todo lo posible para mantener viva esa imaginación porque es ahí dónde nacerá la creatividad.
La imaginación para la Dra. Montessori era un poder de la mente que permitía al niño aventurarse más allá de lo visible o concreto, lo cual permite crear.
La imaginación parte de la realidad. Como se ha mencionado anteriormente, nos sirve para crear y despierta nuestra mente. La fantasía, por el contrario, es ensoñación y a partir de esto no podemos crear.
Recordemos:
- En la primera etapa del desarrollo, el niño necesita conocer el mundo real para poder adaptarse a este,.
- Debe construir su ser interior por medio de experiencias reales.
- Una vez que lo ha logrado, entonces sí podrá partir de la realidad a la imaginación, y de ahí surgirá la creatividad.
- Cuando el niño tiene la oportunidad de estar conectado con la realidad, tiene mayores oportunidades de ser creativo, de tomar decisiones basadas en un análisis crítico, de imaginar cosas/acciones constructivas y de acrecentar su inteligencia.
Para finalizar, analicemos el siguiente ejemplo: el pensamiento de un niño que le lleva a imaginar como mejorar el sistema de un despertador. Es un pensamiento que comienza a elaborar formas distintas de eficacia y funcionamiento de este artefacto, contrario a esto es el pensamiento fantástico que le llevaría a decir que prefiere seguir durmiendo siempre o que los despertadores se fueran volando y no regresaran.
- Cuando el niño entra en la segunda etapa de desarrollo, es decir cuando ya es capaz de establecer las diferencias entre lo real y lo irreal, el contenido fantasioso puede ser parte de la vida, porque ya el niño lo verá como lo que es y no como parte de la realidad.
Nuestra tarea como adultos que acompañan al niño de una manera respetuosa, está en predisponer el ambiente adecuado que busque garantizar no solo su integridad física, sino proteger sus mentes. Una educación que parte de la realidad prepara al individuo para enfrentar la vida con decisión y fortaleza.
Ana Lucía Hermida
Departamento Pedagógico
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