Sin duda alguna los niños son los grandes maestros de los adultos.
Tan solo basta con observarlos por unos minutos y podremos apreciar la alegría, la sencillez y la apreciación de cada detalle en el mundo que les rodea.
Ellos son nuestro mayor ejemplo de cómo vivir disfrutando el presente, de interesarnos en el proceso de lo que realizamos, sin preocuparnos por el futuro, es decir, por los resultados.
Es así como podemos darnos cuenta de que: la posibilidad de disfrutar el presente y los momentos sencillos de la vida, en realidad forma parte de nuestra naturaleza.
El niño nos refleja lo que hay en nuestro interior de forma innata y con lo que podemos volver a conectar.
¿Cómo viven los niños en el momento presente?
Existen varios elementos que forman parte integral del individuo, que le permiten enfocarse en sus acciones más que en el tiempo:
1. El movimiento libre
Cuando el niño tiene la posibilidad de moverse con libertad y fluidez, se enfoca en las acciones sin racionalizarlas, simplemente se deja llevar por sus intereses.
Debemos entender entonces que la mente no vive en el aquí y el ahora, sino que es el cuerpo al ser liberado quien nos ofrece la posibilidad de vivir las maravillas del presente.
2. Una mente libre de prejuicios
La mente del niño es diferente a la del adulto, la Dra. Montessori la llamó “Mente absorbente”. Esta tiene un poder más elevado, el niño absorbe todo lo que le rodea con tal frescura y naturalidad que cada momento es un nuevo momento; las cualidades de su carácter se desarrollan espontáneamente en el tiempo presente, sin ninguna etiqueta ni creencia previa.
Es después de los 6 años cuando se despierta la consciencia de la moralidad para diferenciar los problemas del bien y el mal.
3. Creatividad infinita
Los niños viven en un continuo proceso de creación, su interés se enfoca en disfrutar dicho proceso conectándolos con la creatividad infinita que vive en ellos.
Los pequeños no piensan en las cosas que tendrán que hacer en el futuro, sino en la expresión continua y espontánea de su sentir.
4. Expresión de los sentimientos
Los pequeños demuestran un gran entusiasmo y expresión libre de sus sentimientos. Muestran sus sentimientos sin temor y de manera natural. Cuando surge la emoción la dejan salir. Ríen, lloran, gritan… Nos dejan saber claramente su sentir.
De igual forma, es admirable la manera en la que después de unos minutos estas emociones quedan atrás y las dejan ahí sin volver a ellas.
Regresando a nuestra esencia
Herramientas útiles para vivir en el aquí y el ahora
La posibilidad que nos da la vida de volver la mirada hacia el niño, nos da la pauta para vivir en el momento presente.
Con ayuda de ciertas herramientas podemos lograr estar presentes en el aquí y el ahora, enfocar nuestra atención y ser más conscientes de nuestro día a día. Algunas de estas herramientas son:
- Practicar la observación, siendo capaces de prestar atención de lo que sucede frente a nuestros ojos, dejando a un lado patrones de comportamiento y juicios. Sentarte a observar algo o alguien durante 30 minutos de manera objetiva, simplemente siendo conscientes de lo que sucede.
- Caminar durante aproximadamente 15 o 20 minutos, centrándote en cada paso y escuchando música tranquila y relajante.
- Realizar respiraciones conscientes. Sentarse en una posición cómoda durante 10 minutos, cerrar los ojos y respirar un poco más profundo de lo normal sintiendo como entra el aire por la nariz llenando los pulmones y el vientre hasta que sale por la boca. Cuando haya transcurrido este tiempo, abrir los ojos lentamente y volver a la realidad poco a poco.
Estos ejercicios pueden practicarse en cualquier momento y en cualquier lugar. Al realizarlos con constancia, la consciencia en el aquí y él ahora se convierte en un ejercicio natural que te permitirá reconocerte y fluir.
Rosaura Rodríguez Infante
Departamento Pedagógico
Deja una respuesta