En el artículo Todo sobre el sueño en bebés ya introducimos las etapas del sueño y algunos consejos sobre este proceso vital.
Hoy, hablamos de dónde y cómo debe dormir el bebé en función de la etapa en la que se encuentre.
¿Cómo duerme un bebé?
Los patrones de sueño en los primeros meses suelen ser fragmentados, con ciclos cortos de sueño y vigilia. Alrededor de los 3 a 6 meses, muchos bebés empiezan a tener periodos de sueño más largos por la noche, mientras que de día siguen necesitando siestas regulares. Es importante conocer las etapas de sueño y cómo estas cambian a medida que crecen, ya que, al hacerlo, el bebé desarrolla su independencia en el proceso de dormir.
Dónde debe dormir el bebé según la etapa
La elección del lugar de descanso dependerá del desarrollo, la seguridad y la comodidad en cada etapa.
Durante las primeras 6-8 semanas de vida
Las primeras 6-8 semanas desde el nacimiento del bebé tienen una importancia especial para su desarrollo.
El alimento que le proporciona la madre y su presencia le da tranquilidad, lo cual evitará que desarrolle angustia e incomodidad durante la noche. Por ello, se recomienda que duerma cerca de sus padres.
Además, ellos se sentirán más tranquilos ya que podrán vigilar su respiración, si tiene hambre, frio o algún cólico.
Durante esta etapa se recomienda que el bebé duerma en cesta oval o moisés. Esta debe medir 75x53cm de fondo y 20cm de alto.
El colchón debe medir un máximo de 5cm de alto, preferiblemente sin velos que lo cubran. El borde bajo permite al niño observar lo que pasa a su alrededor, interaccionando más activamente.
La posibilidad de un soporte (con o sin ruedas) permite dejarle dormir a la altura de la cama de sus padres o de desplazarlo por las habitaciones con facilidad. Este soporte se utiliza hasta que el niño mismo nos señala que ya no lo necesita, tratando de salir o agarrándose a los bordes.
Es importante garantizar la seguridad del bebé mientras duerme, por lo que:
- Siempre se debe de colocar boca arriba
- Procurar que duerma lejos de las ventanas, de las cortinas o persianas, de calentadores, de artículos eléctricos
- Evitar el sol directo
Algunas mamás y papás optan por dormir juntos con el bebé en la misma cama, lo cual es una elección muy personal en la que influye la cultura y el estilo de vida.
Esto puede ser una experiencia positiva, pero se vuelve innecesaria si el bebé está durmiendo en un moisés o cama baja colocada junto a la cama matrimonial. De esta forma, la cercanía calma al niño y a la madre, pero el bebé absorbe la costumbre de tener su propio espacio para dormir.
En el caso de que la madre desee tener al bebé en su propia cama, es importante que siga ciertas normas de seguridad, como procurar que el colchón sea firme y plano, colocar al bebé en un espacio seguro cuidando que no se caiga, no utilizar edredones o colchas gruesas y retirar las almohadas.
Se debe tener en cuenta que alrededor del séptimo mes, el niño se da cuenta del lugar que ocupa en la cama y será mucho más difícil que duerma solo en su propia cama cuando llegue el momento.
A partir de los 5 meses
A partir de los cinco o seis meses se recomienda una cama sin barrotes y a la altura del suelo, con el fin de permitir al niño, cuando sea capaz de hacerlo, acostarse o levantarse de la cama de forma independiente y moverse con total libertad.
Las medidas de la cama aproximadamente son 150x130cm y 20cm de altura total (es decir, la base de 8-10 cm y el colchón de 10cm).
Respecto a la cama baja, la Doctora Montessori señala en el libro “El niño, el secreto de la infancia”:
Uno de los primeros elementos necesarios para la vida psíquica del niño ha de ser la reforma de su cama y de las costumbres relativas al largo sueño impuesto contra las leyes de la naturaleza. El niño ha de tener el derecho de dormir cuando tiene sueño, de despertarse cuando ha terminado su sueño y de levantarse cuando le apetezca.
Así pues, aconsejamos la abolición de la clásica cama para niños, y muchas familias ya se han inspirado en nuestros consejos, sustituyéndola por un colchón muy bajo, sin barandillas para que el niño pueda entrar y salir a voluntad. Los lechos pequeños y bajos, situados casi al nivel del suelo, son económicos, como todas las reformas que facilitan la vida psíquica del niño, pues éste necesita cosas simples. Y los pocos objetos que han sido creados para él se han complicado con obstáculos contra su propia vida.
Muchas familias han adoptado esta reforma colocando un pequeño colchón en el suelo, sobre una alfombra tupida y de amplias dimensiones. Los niños van por sí solos a la cama al anochecer, llenos de gozo y por la mañana se levantan espontáneamente, sin despertar a nadie.
A partir de los 6 meses
A los seis meses, el bebé dormirá por lapsos más largos durante la noche y las siestas durante el día serán más regulares.
Al llegar a esta etapa, el niño atraviesa por un período de tensión ante la presencia de extraños, llora si lo abraza alguien a quien no conoce o si la madre sale de la habitación.
Esto se conoce como ansiedad por separación y es un indicio de que se está descubriendo como un ser independiente a su madre, lo cual puede causarle ansiedad, por lo que, probablemente, le sea más difícil dormirse en la noche o se despierte.
Hay que tener presente que cualquier cambio en la rutina puede causar sobresaltos y problemas para dormir al bebé o que se levante más veces por la noche.
La siesta del bebé durante el día
Durante los primeros meses, el bebé necesitará siestas para completar su sueño, y alrededor de los doce meses hará dos siestas durante el día, una a media mañana y otra por la tarde.
A partir de los dos años, muchos niños dejan de tomar la siesta matutina y necesitan la de la tarde.
Es necesario observar las necesidades del niño antes de imponer o retirar las siestas. Reducirlas o quitarlas repentinamente no ayudará a que duerma mejor durante la noche, ya que si está muy cansado le costará mucho más trabajo dormirse y probablemente se despertará durante la noche.
Métodos para dormir a los bebés
Algunos métodos útiles para ayudar al bebé a dormirse incluyen:
- Rutina de sueño: Una rutina constante cada noche brinda seguridad y ayuda al bebé a relajarse. Como por ejemplo: la lectura de un cuento, cantar canciones suaves, baño relajante, palabras de despedida, etc.
- Ambiente adecuado: Mantener la habitación oscura y tranquila facilita el sueño.
- Movimiento suave: Balanceo o el uso de una mecedora puede relajar al bebé en sus primeros meses.
Otros aspectos a tener en cuenta a la hora de dormir el bebé
- Debemos procurar que su cuarto sea un espacio agradable y ordenado, que realmente sienta que es su espacio.
- No enviar al niño a su cuarto como castigo y menos a la cama.
- Es importante anticipar las necesidades del bebé: un vaso de agua cerca de su cama, que tenga todo lo que necesita para dormir, una pequeña luz, su manta preferida y que sus necesidades físicas ya hayan sido cubiertas, es decir, que no tenga hambre, frio, que esté seco, etc.
Sigue leyendo:
- La educación de los sentidos: desarrollo del tacto en bebés
- Consejos Montessori para bebés: desde el nacimiento a los 18 meses
- El llanto del bebé: guía para mamás y papás
Esther Vargas
Departamento Pedagógico
Alba judith rojas jaramillo dice
Excelente gracias por compartir
Asesoría y orientación de IMI dice
Nos alegra mucho que te haya gustado, Alba. ¡Gracias a ti por leernos y por tu comentario!
Ana dice
Soy psicóloga y este artículo me ha parecido muy interesante.
Flor furgiuele dice
Hola Ana,
¡Que bueno que te haya gustado!
Un saludo