La doctora Montessori es considerada una pionera en llevar a la práctica la inclusión educativa. La pedagoga demostró que los mismos principios educativos pueden ser exitosos en la educación de niños con y sin trastornos en el desarrollo.
A continuación te contamos por qué los ambientes Montessori son inclusivos y te damos 9 claves para fomentar la inclusión en el aula.
¿Cómo se consigue la inclusión en un ambiente Montessori?
En un ambiente Montessori o ambiente preparado no son necesarias las adecuaciones curriculares. Se promueve el desarrollo global de la persona e, independientemente de sus dificultades, se proporciona a cada niño:
- Educación individualizada: se respeta el ritmo de cada niño y se ofrece actividades a partir de sus habilidades e intereses.
- Descomposición de las tareas en pasos cortos, para hacer más fácil su dominio y permitir una aproximación a la meta.
- Educación de todos los canales sensoriales.
- Aprendizaje basado en la experiencia y en la actividad.
- La posibilidad de partir de lo concreto hacia lo abstracto, de forma que se presenta una sola dificultad a la vez.
9 claves para fomentar la inclusión educativa
Estas son algunas de las claves para que la inclusión educativa sea exitosa en un ambiente preparado:
- Partir del diagnóstico de un especialista, que permita entender el comportamiento, áreas de oportunidad y fortalezas del niño.
- Investigar sobre las características del trastorno del niño, para responder mejor a sus necesidades.
- Realizar las adaptaciones físicas y psicológicas necesarias. Por ejemplo: si los niños requieren un aparato de apoyo para caminar, ofrecer el espacio para colocarlo; si los niños reaccionan de manera exagerada frente a los cambios de rutina, evitarlos en la medida de lo posible o anticiparlos.
- Asegurarse de que los niños reciban el apoyo terapéutico necesario de manera extraescolar, ya que el trabajo en el aula no sustituye esta ayuda.
- Además de reportar a los padres de los avances del niño, compartir esta retroalimentación con los terapeutas y compararla con sus evaluaciones.
- Incluir hasta un 10% de niños con necesidades educativas especiales, en relación al número total del grupo. De esta manera, se garantiza que todos reciban la atención adecuada y que exista un modelo positivo de imitación para quienes más lo necesitan.
- En casos aislados, considerar la presencia de un monitor o acompañante del niño. Este adulto deberá observar previamente el ambiente, para seguir las pautas de comportamiento adecuadas.
- Sensibilizar a los padres sobre la importancia del funcionamiento autónomo del niño, a pesar de sus limitaciones.
- Por último, y posiblemente la mejor recomendación, es recordar las palabras de Seguin, médico dedicado al tratamiento de niños con dificultades auditivas a quien Montessori tomó como referente para establecer su pedagogía científica:
En este vídeo te contamos más sobre el enfoque inclusivo de la pedagogía Montessori:
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Adela Vizcaíno
Departamento Pedagógico