Poner atención, concentrarse en la tarea, estar quieto y controlar el comportamiento impulsivo, son algunas de las dificultades que pueden presentar los niños con déficit de atención e hiperactividad; sin embargo, este trastorno también puede presentarse en algunos niños únicamente como incapacidad para enfocarse y en otros, además, con alta impulsividad e inquietud.
Entre las manifestaciones comunes de la hiperactividad, se incluyen:
- Dificultad para permanecer sentado o esperar turno.
- Movimiento constante sin control, como correr o subirse a los muebles.
- Dificultad para estar en silencio mientras se manipula objetos.
- Impaciencia extrema.
- Hablar constantemente sin escuchar, contestar abruptamente, interrumpir mientras otros hablan.
El déficit de atención se manifiesta cuando los niños:
- Cometen errores por descuido.
- Se distraen fácilmente.
- No parecen escuchar instrucciones.
- Tienen dificultad para organizarse.
- Evitan esfuerzos prolongados.
- Pierden u olvidan cosas.
Este trastorno tiende a ser sobre diagnosticado, es decir, en ocasiones los obstáculos que los niños encuentran en su entorno, como la falta de actividades adecuadas para canalizar su energía, la hiperestimulación por el uso excesivo de pantallas a edades tempranas, una actitud autoritaria o permisiva hacia la disciplina, o el exceso en el consumo de ciertos alimentos, pueden provocar que algunas de las conductas descritas se presenten en niños con condiciones normales de desarrollo.
También puede suceder que los padres y maestros tengan expectativas poco realistas sobre los niños y no tomen en cuenta el proceso de maduración y el ritmo personal.
¿Qué ventajas ofrece el Ambiente Montessori?
- La estructura física y psicológica ayuda a que el niño se sienta contenido.
- Se establecen reglas adecuadas que promueven la auto regulación.
- La estimulación pertinente promueve la concentración.
¿Cómo ayudan los materiales?
La existencia de un solo ejemplar de cada material permite que el niño desarrolle la capacidad de esperar. Al disponer de todos los materiales necesarios para cada actividad, el niño se dispersa en menor grado. Las dificultades de cada tarea se van incrementando poco a poco, para que el niño tenga la sensación de logro.
Los ejercicios de Vida Práctica son especialmente importantes, porque:
- Ofrecen una amplia gama de actividades ojo-mano para que el niño empiece a enfocarse.
- Promueven el desarrollo del autocontrol.
- Incluyen actividades con agua como lavar una mesa o lavarse las manos, que permiten que el niño canalice mejor su energía y se relaje.
Además de las actividades individuales, existen actividades grupales que ayudan a que el niño modere sus impulsos y conviva respetuosamente con los compañeros.
En otras áreas de trabajo, el niño encuentra:
- La posibilidad de expresarse y reducir la tensión a través de las actividades de arte.
- La oportunidad de seguir instrucciones de manera gradual: primero orales y luego escritas, que le ayuda a centrarse.
El adulto o guía apoya al niño con este trastorno, porque:
- Monitorea las actividades, hasta que el niño logre terminarlas.
- Sigue los intereses del niño para ofrecerle ejercicios en los que pueda centrarse.
- Centra su trabajo en las fortalezas del niño.
Es importante que el adulto observe y registre el comportamiento del niño desde un punto de vista objetivo y comparta la información con especialistas, para complementar el tratamiento extra escolar, cuando sea necesario.
Adela Vizcaíno
Departamento Pedagógico