Es muy grato ver cómo hoy en día existen cada vez más padres que, orientados y motivados por darles a sus hijos mejores herramientas y experiencias enriquecedoras, comienzan a aplicar los conceptos y principios pedagógicos de la filosofía Montessori en sus propios hogares.
La Dra. Montessori nos decía que el hombre se desarrolla durante su infancia, y es durante esta etapa que se da el proceso de construcción del hombre y la mujer del futuro. El individuo va pasando por distintas etapas, las cuales son nutridas por las experiencias con el ambiente, por lo tanto, -retomando las ideas de la Dra.- si queremos mejorar a la humanidad, solo hay un camino, y este es a través de los niños.
Desde el inicio de la vida, se da un principio de actividad y adaptación en cualquier organismo. Es durante este momento que se desarrollan dos aspectos fundamentales: el de la vida física y el de la vida mental o psíquica.
Como resultado de distintas investigaciones, sabemos ahora que la vida psíquica tiene su desarrollo aún antes del nacimiento, al establecerse las relaciones de reciprocidad entre la madre, el niño y el ambiente. Hoy en día se considera a este periodo de desarrollo como uno de los más importantes, pues lo que sucede en este espacio de tiempo puede tener consecuencias a corto y a largo plazo en la vida del individuo. Por lo tanto, durante este periodo de interacción intrauterina podemos hablar de comenzar la educación como una forma de “ayuda a la vida”.
El niño prenatal, que está ya en contacto con el ambiente, va desarrollando su cerebro rápidamente y preparara estrategias que le permitirán una futura actividad con el ambiente; alcanzando un control progresivo sobre sus órganos sensoriales al tener experiencias acerca de sí mismo.
Durante el embarazo, la relación entre la madre y su hijo/a es determinante para un adecuado desarrollo. Debe de existir una aceptación hacia el bebé, la cuál será traducida en confianza básica. Cuando ésta se da, el feto puede procesar y transformar todas las experiencias sensoriales y su significado emocional en contenido mental que se almacena en la memoria; a esto le llamamos aprendizaje, y es durante este proceso que el niño comienza a pensar. Sin embargo, si esta aceptación/confianza no se diera los componentes emocionales y cognitivos se mantendrían separados y todo el proceso de desarrollo psicológico se perturbaría enormemente. Vemos, entonces, la importancia de la relación entre madre e hijo/a, y como a través de esta pasa toda la vida física y psicológica del niño.
Conocer cómo se da el desarrollo prenatal dará a los padres lo necesario para ayudar a su hijo desde el embarazo y les ofrecerá además herramientas para darle un mejor ambiente para su desarrollo.
Por lo tanto, el ambiente materno (útero) debe de convertirse en un lugar favorable para el desarrollo de ambos: niños/madre. La interacción que se tenga con el niño desde este primer momento pone de manifiesto entonces la importancia de una relación amorosa, entonces el amor se convierte en una necesidad básica a cubrir.
Con la intención de difundir esta gran herramienta que nos permitirá entender las etapas de desarrollo del niño/a, iremos hablando de cómo aplicar los principios Montessori en casa. Iniciaremos con algunos aspectos a considerar durante la etapa prenatal.
Evitar situaciones de estrés durante el embarazo
Es importante saber que la química de la madre esta ligada con la del bebé a través de la placenta. Esto ayuda al bebé a prepararse para sobrevivir al momento del nacimiento, pero si se vivencian emociones negativas de manera crónica, estas tendrán un efecto negativo sobre él.
Cante y lea en voz alta al bebé
Entre el segundo y quinto mes de embarazo el oído comienza a estar listo para captar los sonidos provenientes del exterior, por lo tanto, en cierto sentido, el bebé ya está aprendiendo los sonidos del lenguaje. La acción que las canciones tienen con su melodía y rimas comienzan a ser memorizadas y pueden ser un gran recurso para calmar y animar al bebé después de que nace.
Inicie una relación y comunicación colaborativa con el bebé
La relación que se forja en las primeras etapas tiene un gran impacto en la formación de estructuras y funciones del cerebro del bebé. Los circuitos neurológicos responsables de las percepciones sociales están ligadas a diversas funciones cerebrales, la modulación de las emociones, la organización de la memoria, la capacidad de comunicación interpersonal y la regulación de los estados físicos. Es importante preparase y estar listos para responder a las necesidades del bebé, por lo tanto, considere preparase para la maternidad/paternidad antes de su llegada.
Infórmese sobre las necesidades físicas de su bebé
Busque un pediatra que comparta su filosofía de crianza en cuanto a remedios, vacunas, etc. Lea acerca de los cólicos, por si su bebé los llegará a padecer. Tome algún curso de primeros auxilios y busque apoyo en otros padres.
Adapte un ambiente estimulante para los sentidos y el movimiento del bebé
El cerebro del bebé inicia su desarrollo dando importancia a dos áreas: el área de los sentidos y el área del movimiento. Por lo tanto, debe evitar utensilios que entorpezcan la necesidad de movimiento e independencia de su hijo (cunas, sillas altas, columpios, corrales, etc.) El cerebro del bebé es una estructura muy compleja, las experiencias que vaya teniendo en su día a día son las que le ayudarán a generar conexiones entre los millones y millones de neuronas que lo componen. Es en los primeros seis años que debemos aprovechar el desarrollo óptimo del cerebro, en caso contrario, este descartará todas aquellas neuronas que no utilizó; aquí radica la importancia de tener un ambiente rico en experiencias, estructurado y adecuado a las necesidades del bebé.
En cuanto a la preparación del ambiente físico debemos considerar lo siguiente:
- Un área de alimentación con un espacio para amamantar/dar biberón
- Un sillón con brazos
- Una mesa pequeña para los utensilios de mamá/bebé
- Un almohadón semicircular para favorecer la postura de la madre
- Luz natural
- Muebles y materiales funcionales
- Colores armoniosos (de preferencia claros o neutros)
- Temperatura y ventilación adecuadas
- Un lugar para el descanso del bebé (cesto/cama baja)
- Un área de higiene (compuesta por un cambiador con espacio suficiente)
- Una bañera amplia para el aseo
Infórmese sobre las necesidades físicas de su bebé
La Dra. María Montessori nos habló de los cuatro planos del desarrollo, Infancia de 0 a 6 años, Niñez de 6 a 12 años, Adolescencia 12 a 18 años, Madurez de 18 en adelante. Cada una de estas etapas están marcadas por necesidades distintas, es importante que los padres las conozcan y estén preparados para dar respuesta a las necesidades de sus hijos.
Prepárese para el nacimiento del bebé
Considere tomar algún curso en educación Montessori para padres que le ayude en este proceso.
Ana Lucía Hermida
Departamento Pedagógico