El sueño es una necesidad vital para el ser humano que influye en todos los aspectos de la vida.
Mientras dormimos el cerebro realiza un viaje regenerador, en el cual se recuperan las fuerzas físicas y cerebrales y se integran los aprendizajes del día.
El sueño en bebés es un proceso esencial que influye en los aspectos físico, emocional y cognitivo.
Desde la etapa intrauterina, aproximadamente en el sexto mes de gestación, el bebé presenta patrones de vigila y sueño, los cuales va consolidando alrededor del octavo mes, siendo independientes del patrón de sueño de la madre.
Mientras el bebé duerme, las células del cuerpo y del cerebro aprovechan para aumentar con rapidez y generar nuevas conexiones.
A su vez, las calorías proporcionadas por la leche se vuelven energía para crecer, forman músculos y tejido corporal, y el cuerpo produce glóbulos blancos que refuerzan el sistema inmune.
El dormir se define como:
Etapas del sueño
El sueño comprende dos etapas, una llamada REM, diferenciada por un periodo de movimientos oculares rápidos y que se caracteriza por alta actividad cerebral.
En esta etapa tienen lugar los sueños, se reorganiza el cerebro, la parte emocional, la memoria y los procesos de aprendizaje.
La otra etapa es de sueño apacible o NREM. En esta se secretan las hormonas del crecimiento y comprende 4 fases progresivas: somnolencia, sueño ligero, sueño profundo y muy profundo.
Ambas fases se alternan a lo largo de la noche y durante estos ciclos se dan micro despertares los cuales muchas veces no se perciben.
¿Cómo son las fases del sueño en los bebés?
Los patrones del sueño en el niño están en constante cambio.
- Al nacer, el bebé presenta ciclos de 50 o 60 minutos de sueño REM y NRE, y conforme van madurando estos van siendo más largos.
- Durante las primeras semanas de vida, los patrones de sueño son irregulares. El bebé dormirá de dos a tres horas durante el día y la noche, sus períodos de vigilia son cortos e irán aumentando a medida que el niño crece.
- Alrededor de los dos meses, se pueden observar cambios en las costumbres de sueño del bebé. Durante el día está más activo y por la noche probablemente duerma por lapsos más largos.
- A los tres meses, el reloj interno se empieza a desarrollar; este depende de factores internos como el hambre o el cansancio, y de factores externos como la luz y la obscuridad. Durante esta etapa es importante establecer hábitos saludables de sueño.
- Reducen su nivel de actividad.
- Comienzan a bostezar.
- Se frotan los ojos.
- Se ponen irritables.
- Pierden el interés por los objetos y por las personas que los rodean.
4 hábitos de sueño saludables para bebés
Como ya hemos comentado, a partir de los tres meses es importante establecer una rutina de sueño, por ejemplo, darle un baño, leerle o cantarle. Esto permitirá al niño sentirse seguro y entender cuándo es hora de ir a dormir.
1. Necesidades satisfechas
Una forma de enseñar al niño a dormirse por sí mismo es verificar que todas sus necesidades hayan sido satisfechas.
Entonces, procederemos a acostarlo cuando esté adormilado, pero aún despierto. Esto permitirá que sea capaz de dormirse por sí mismo sin ayuda.
De lo contrario, si lo dormimos en brazos, generamos un patrón en el cual el bebé espera estar siempre en brazos para conciliar el sueño y entonces se levantará durante la noche, al sentir la ausencia de estos.
2. Dormir la siesta
Otro hábito importante es establecer algunas siestas durante el día, según la edad.
Un bebé que no ha descansado lo necesario durante el día, estará más irritable, será mucho más difícil calmarlo por la noche y dormirá de manera irregular.
Además, se deben evitar actividades muy estimulantes cerca de la hora de ir a dormir.
3. Diferenciar la noche del día
Ayúdale a entender la diferencia entre la noche del día.
Para esto, es necesario alentarlo a estar más activo durante el día. También, recomendamos que, al dormir las siestas durante el día, el cuarto no esté muy oscuro y que pueda oír los ruidos normales.
Si se despierta de noche hay que mantener la habitación en calma, silenciosa, con luz muy tenue y hablarle en voz baja.
4. Ambiente tranquilo de noche
Prepara el ambiente para la hora de dormir y procure que este sea tranquilo, con luz tenue. Puedes poner música relajante y establecer una temperatura estable.
Si el bebé llora durante la noche, primero asegúrate que no sea hambre, esté incómodo (el pañal sucio, húmedo, frio, calor…) o de señales de enfermedad.
Si no es por ninguna de las causas anteriores, procura no atender al llamado de forma inmediata, ve con él, dale seguridad acariciándolo o dándole algunas palmaditas y retírate. Puedes repetir esto las veces que sea necesario.
Consejos sobre la seguridad del sueño en bebés
- Diversos estudios indican que acostar al bebé boca arriba disminuye el síndrome de muerte súbita por aspiración y ahogo.
- Es importante también utilizar un colchón firme con sábanas delgadas que puedan sujetarse a los lados y por debajo del cochón.
- Evita almohadas, edredones o mantas gruesas y mullidas que pueden hacer que el bebé se sobrecaliente o se ahogue.
- Recuerde colocar la cuna, cama o cesta en un lugar seguro y no permita que se fume cerca del bebé.
Estas son algunas consideraciones sobre el sueño en bebés y de lo importante que resulta, no solo para ellos sino también para todos los seres humanos.
En el próximo post hablaremos del espacio para dormir y de las siestas diurnas: ¿Cómo y dónde debe dormir el bebé?
[1] Bases anatómicas del sueño. J. L. Velayos, F. J. Moleres, A. M. Irujo, D. Yllanes, B. Paternain. Departamento de Anatomía. Facultad de Medicina. Universidad de Navarra. Pamplona
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