![educacion emocional en montessori](https://montessorispace.com/wp-content/uploads/2021/03/Aprendizaje-simultaneo-de-idiomas-min-768x391.jpg)
Durante mucho tiempo se pensĆ³ que la persona inteligente solo era aquella que tenĆa facilidad para razonar, abstraer y memorizar, porque la educaciĆ³n tradicional se enfocaba hacia la adquisiciĆ³n del conocimiento, mĆ”s que al desarrollo de habilidades. Afortunadamente, desde hace algunos aƱos, se ha reconocido la existencia de otros tipos de inteligencias y entre ellas, se destacan las habilidades de desarrollo intrapersonal e interpersonal.
ĀæCĆ³mo se trabajan las emociones en Montessori?
Desde sus inicios, esta pedagogĆa ha considerado al ser humano como una unidad y tambiĆ©n se ha ocupado de la educaciĆ³n emocional, aunque de manera indirecta, a travĆ©s de estos 8 aspectos:
1. La educaciĆ³n de la voluntad y la libre elecciĆ³n
Cuando la Dra. Montessori describe la formaciĆ³n del carĆ”cter, habla de sus componentes hereditarios y ambientales, pero tambiĆ©n del desarrollo de la voluntad.
El control del movimiento representa una forma de educarla: el niƱo que sirve agua de una jarra a un vaso, evitando derramarla, estƔ realizando un esfuerzo que fortalece su voluntad.
Cada vez que ofrecemos elecciones a los niƱos, en lugar de decirles lo que tienen que hacer, les ayudamos a educar la voluntad. El concepto de libre elecciĆ³n, no se trata de que los niƱos hagan lo que quieran, que segĆŗn Montessori representarĆa ātraicionar el verdadero sentido de la libertadā, sino de ofrecer opciones adecuadas a la edad y posibilidades del niƱo.
En una ocasiĆ³n atendĆ a los padres de una niƱa de tres aƱos, interesados en la escuela donde yo trabajaba. Al final de mi explicaciĆ³n, dijeron que a ellos les habĆa gustado mucho el lugar y la propuesta, pero que la decisiĆ³n final estaba en manos de su hija. Este es un desafortunado ejemplo de una elecciĆ³n que no corresponde al nivel de desarrollo del niƱo.
ĀæQuĆ© tipo de decisiones pueden ofrecerse a los niƱos pequeƱos?
A la hora de la comida, optar por una fruta u otra (pero ambos son alimentos adecuados); a la hora de vestirse, optar por los zapatos de un color o de otro. Cuando el adulto da opciones, no trata despuĆ©s de convencer al niƱo para imponer su criterio, sino que acepta la elecciĆ³n del pequeƱo.
Los padres de Rebeca, de siete aƱos, recibieron un reporte muy positivo de sus avances en la escuela, pero la niƱa se comportaba en casa de manera diferente y cuando le preguntaron la razĆ³n, ella respondiĆ³: āEs que en la escuela me dan opcionesā.
2. La actitud frente al error
Para la Dra. Montessori el error es una realidad que no solo sucede en la vida cotidiana, hasta los cientĆficos, a pesar de su conocimiento y precisiĆ³n, deben tomarlo en cuenta.
La postura del adulto que lo sabe todo, que nunca se equivoca, pendiente de enfatizar hasta la menor equivocaciĆ³n del niƱo, debe de transformarse con humildad y comprensiĆ³n, porque a pesar de que el adulto tiene mayor experiencia y por ende, mĆ”s conocimientos, tambiĆ©n se equivoca y siempre puede mejorar.
Se han comprobado los efectos fĆsicos del estrĆ©s en el aprendizaje, por lo que podemos asegurar que el sentirse amenazado o menospreciado, repercute mĆ”s allĆ” de la esfera emocional. No solo se trata de aceptar el error con naturalidad, sino de permitir al niƱo identificarlo para redirigir el esfuerzo y aprovecharlo como una oportunidad de crecimiento.
Si una niƱa estĆ” contando en voz alta y se equivoca en la secuencia: āonce, doce, quinceā¦ā, solo hay que darle la oportunidad de escucharlo en orden y decir āonce, doce, treceā¦ā, de la manera mĆ”s natural posible.
3. El lenguaje como ayuda a la expresiĆ³n de los sentimientos
La mayorĆa de los niƱos pueden comunicarse con claridad desde los tres aƱos y a partir de entonces, la tarea del adulto es ayudar a ampliar su vocabulario.
Para lograr una buena comunicaciĆ³n, es necesario responder de manera adecuada, pero tambiĆ©n tener una actitud de escucha respetuosa. Cuando los niƱos van a la escuela, por ejemplo, algunos padres quieren saber todos los detalles de cada jornada y en cuanto regresan, empiezan a acribillarlos a preguntas, en lugar de dar tiempo a que Ć©l o ella, cuente de manera espontĆ”nea lo que necesita comunicar.
Cuando mis hijos eran pequeƱos, muchas veces me hablaban sobre las cosas interesantes que les habĆan sucedido en el dĆa, un poco antes de dormir. Naturalmente, habĆa dĆas que la conversaciĆ³nĀ era solo sobre el tema del libro que veĆamos juntos.
Hay ocasiones en que estamos con nuestros hijos, pero no les prestamos atenciĆ³n; aunque es algo trillado, es verdad que la calidad del acompaƱamiento es preferible a la cantidad de tiempo que podemos pasar con ellos.
Expresar los sentimientos no solo se trata de encontrar una palabra adecuada, sino de “aceptar lo que sentimos y lo que siente el otro”, en lugar de evadirlo o negarlo.
Por ejemplo, el adulto puede reaccionar de diferentes maneras cuando un niƱo se cae y se lastima frente a Ć©l, decir: āLevĆ”ntate, no pasa nadaā o āĀæEstĆ”s bien? Si yo me hubiera tropezado como tĆŗ, posiblemente me sentirĆa adoloridaā.
Si un niƱo aprende a expresar sentimientos de molestia o enojo y a pedir respeto, de manera firme pero cortƩs, cuando es ofendido o lastimado, serƔ capaz de relacionarse mejor con los demƔs.
4. ResoluciĆ³n de conflictos
Modelar la resoluciĆ³n de conflictos es una manera de favorecer el desarrollo emocional.
Puede suceder que algunos padres tengan una actitud sobreprotectora porque tratan a toda costa de evitar cualquier situaciĆ³n incĆ³moda para el niƱo, en lugar de permitir que la enfrente y la supere solo; esto puede aplicarse en sus relaciones con los demĆ”s.
Estas son algunas sugerencias ante el conflicto:
- Pedir a cada una de las partes que describa la situaciĆ³n.
- Pedir a cada una de las partes que exprese cĆ³mo se sintiĆ³.
- Establecer un acuerdo.
De esta manera, hay varias habilidades emocionales que se ponen en prĆ”ctica: la empatĆa, es decir, ser capaz de ponerse en los zapatos del otro; la asertividad: expresarse con honestidad, pero sin lastimar al otro. Ofrecer disculpas y aceptarlas, que puede ser un primer paso para aprender a perdonar; tambiĆ©n estar dispuesto a reparar el daƱo, si fuera necesario.
5. La cortesĆa
Los niƱos aprenden lo que viven y la forma de relacionarse con los demĆ”s no es la excepciĆ³n.
Uno de los aspectos que descubriĆ³ la Dra. Montessori en los niƱos pequeƱos, es el sentido de dignidad propia. Si tratamos a los niƱos de manera respetuosa y nos dirigimos a ellos con la misma amabilidad que tenemos hacia los adultos, absorberĆ”n este comportamiento y lo aplicarĆ”n en las circunstancias adecuadas.
6. Tolerancia a la frustraciĆ³n
āSolo quiero que mi hijo sea felizā es una afirmaciĆ³n comĆŗn de los padres y desde luego, comprensible. La clave estĆ” en cĆ³mo lograrlo.
Satisfacer de inmediato hasta la mĆ”s mĆnima peticiĆ³n de un niƱo, generalmente trae como resultado una persona demandante, que rehĆŗye los retos, se aburre con facilidad y antepone sus necesidades a las de los demĆ”s.
Aprender a lidiar con cierto nivel de frustraciĆ³n no significa que Ć©l se sienta abrumado, sino que desarrolle la capacidad de espera para ser escuchado, atendido y la perseverancia para superar adversidades con serenidad.
7. Respeto
Desde mi punto de vista, el respeto es el valor fundamental de la pedagogĆa Montessori, expresado de mĆŗltiples maneras: hacia la propia persona, hacia los demĆ”s, hacia otros seres vivos, hacia los objetos. Apreciar la diversidad tambiĆ©n facilita las relaciones interpersonales.
La capacidad de asombro y disfrute de la naturaleza son espontĆ”neas en el niƱo y si se promueven, Ć©l serĆ” capaz de cuidar de sĆ mismo y de su entorno inmediato y mĆ”s adelante, del medio ambiente.
8. Generosidad y gratitud
Si tuviera que resumir en una palabra una cualidad personal que se pretende que los niƱos desarrollen a travĆ©s del acercamiento Montessori, es la capacidad de adaptarse: a las circunstancias, a las personas, al entorno; porque la preparaciĆ³n para la vida implica flexibilidad para responder al cambio constante.
Si un niƱo realiza su autoconstrucciĆ³n con la menor cantidad de obstĆ”culos posibles, se sentirĆ” contento, satisfecho y en lugar de pensar solo en sĆ mismo, manifestarĆ” cualidades indispensables para la vida social y serĆ” una persona adaptable. Entre esas cualidades tambiĆ©n destacan la generosidad y la gratitud.
Como hemos dicho, el ejemplo del adulto puede ser mƔs efectivo que dar largas explicaciones sobre la importancia de compartir o forzar al niƱo a hacerlo; si el niƱo ha desarrollado las habilidades emocionales descritas, el desprendimiento surgirƔ de manera natural.
La capacidad de agradecer implica mucho mƔs que dar las gracias, tambiƩn requiere de la humildad para apreciar lo que recibimos.
EducaciĆ³n emocional para familias y educadores
Para poder contribuir al desarrollo de las competencias emocionales de los niƱos y niƱas, los padres, madres y docentes deben tener conocimientos de educaciĆ³n emocional. Esta es una educaciĆ³n que se practica a lo largo de toda la vida y es importante conocer la manera de aplicarla tanto de manera personal como en el aula.
El curso online de EducaciĆ³n Emocional de IMI estĆ” diseƱado para que familias y educadores adquieran conocimientos acerca de la naturaleza de las emociones, su importancia en la educaciĆ³n y en la vida diaria, asĆ como herramientas para el desarrollo de competencias emocionales en los mĆ”s pequeƱos.
Adela VizcaĆno
Departamento PedagĆ³gico