Las lecciones de Gracia y Cortesía en Montessori

Los niños muestran un gran sentido de la dignidad y, por ello, resulta muy valioso para ellos saber cómo conducirse ante situaciones cotidianas y sociales. Además, esto les ayuda a dar respuesta a la necesidad de sentirse parte de una comunidad.

En el artículo de hoy hablamos de las lecciones de Gracia y Cortesía de la pedagogía Montessori y su importancia en el desarrollo del comportamiento social de los niños y niñas.

Estas lecciones son usadas en Montessori para el aprendizaje de habilidades sociales y para promover la armonía en el ambiente preparado.

¿Qué es Gracia y Cortesía según Montessori?

Gracia

La Dra. Montessori define la gracia como la “armonía entre el cuerpo y la mente”.

La gracia está presente en todos los movimientos que efectuamos en el ambiente.

Las lecciones de Gracia y Cortesía atraen la atención del niño y le llevan a buscar el control de sus movimientos.

Al buscar que el cuerpo realice aquello que la mente desea y proyecta, y gracias a la increíble sensibilidad del niño, este puede perfeccionar su movimiento.

Cortesía

La cortesía era igualmente definida por la Dra. como “la armonía con uno mismo y con los otros”. Por consiguiente:

La cortesía es también un componente de la gracia, ya que el niño considera a los demás en cada movimiento que efectúa en el ambiente, por ejemplo, al cargar/mover una silla, al reunirse como grupo o al abrir y cerrar una puerta.

Todas estas acciones son consideradas lecciones de Gracia y Cortesía y son llevadas a cabo de una forma muy específica, lo que permite que el niño las desarrolle de una manera muy natural.

¿Para qué sirven las lecciones de Gracia y Cortesía?

El objetivo de las lecciones de Gracia y Cortesía es establecer la armonía en el ambiente. También ayudan al niño pequeño a orientarse y sentirse confiado en las distintas situaciones sociales que se dan en el ambiente.

Aunque los niños de esta etapa se caracterizan por ser egocéntricos, también es cierto que expresan un interés por aprender sobre otras personas y la forma en que estas actúan ante diferentes situaciones sociales. De hecho, no es una exageración decir que:

El niño que se encuentra en la primera etapa del desarrollo es muy sensible a las interacciones sociales, pues de estas absorben las formas y costumbres sociales.

Poco a poco va naciendo en el niño un deseo por relacionarse con los otros.

Quizá en un inicio el niño pega o grita para tener la atención del otro, lo cual puede generar reacciones negativas.

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¿Por qué son tan importantes?

Sin las lecciones de Gracia y Cortesía el niño puede llegar a sentirse incómodo y adquirir una sensación de no tener las suficientes herramientas para desenvolverse en su ambiente.

Al igual que un adulto que viaje por un país extranjero, el niño puede llegar a sentirse tímido o frustrado ante situaciones simples que involucren interacciones sociales.

Más complejo aún, el niño puede llegar a sentir que depende del adulto para saber cómo interactuar ante estas.

Darles la posibilidad de saber cómo actuar les libera de depender del adulto y les permite adaptarse al grupo, porque aprenden las habilidades.

Es importante entender que estas lecciones tendrán poco valor si son ajenas a lo que sucede en el ambiente o si son impuestas por el adulto.

En el ambiente preparado, las lecciones de Gracia y Cortesía son presentadas a todos los niños. Al inicio del curso, estas lecciones les ayudan a orientarse en el ambiente y, a lo largo del curso, y basándose en la observación, estas partirán de las necesidades de los niños.

Cada lección es activa y muestra de manera natural y fluida aquello que deseamos que los niños adopten.

6 consejos para dar las lecciones de Gracia y Cortesía:

1. Se dan en un momento neutro, nunca como un regaño. El niño no debe sentir que está siendo objetado. Estas se deben dar anticipándonos a las distintas situaciones sociales en las que el niño se puede encontrar.
2. Las lecciones se basan en situaciones reales que el niño vive en su día a día. Por ejemplo, cómo saludar y despedirse, cómo observar el trabajo de otro, cómo hablar en el ambiente, cómo caminar, cómo felicitar a alguien, cómo presentarse ante otros… En fin, todas aquellas oportunidades que le permitan al niño actuar de manera digna, acción que aprecian verdaderamente.
3. Estas se muestran mediante un role-play. Es importante aclarar que esta es la única ocasión en la que este tipo de actividades se promueve en el ambiente Montessori.
4. El tono de la actividad será ameno y ligero, y se dará como una posibilidad más aceptable a nuestro comportamiento.
5. Las presentaciones serán cortas y muy específicas. En estas se incluye a los niños, ellos participan y actúan como modelos, para que todo el grupo pueda observar la presentación.
6. En las lecciones se debe animar a los niños a repetir la acción, esto es debido al carácter social de las mismas.

Para finalizar, es importante entender que:

Todo es un proceso y que el niño no asimila las lecciones enseguida, como sucede con otros ejercicios de Vida Práctica.

Las habilidades se van construyendo y las lecciones son una preparación que va dando a los niños las herramientas, para que las usen cuando las necesiten, se sientan confiados y muestren responsabilidad y consciencia sobre los otros.

Habrá ocasiones en que los niños necesiten recordatorios directos ante situaciones que no pueden esperar, por ejemplo, cuando interrumpen a un compañero al quitarle el material.

En estas ocasiones la guía debe actuar inmediatamente, acercándose al niño y mostrándole las formas correctas de hacer.

Como adultos debemos tener claro que nosotros mismos debemos movernos y actuar con Gracia y Cortesía en todo momento, ya que:

Los niños absorben e imitan todo lo que realizamos. Somos el ejemplo más vivo en el día a día de los niños.

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Ana Lucía Hermida

Departamento Pedagógico
Guía Montessori Casa de Niños.