El ser humano tiende a ser creativo de manera natural; una prueba de ello, de acuerdo a Maria Montessori, es la capacidad de satisfacer sus necesidades fundamentales como el vestido, la vivienda, la alimentación, el transporte, de múltiples maneras, mejorando los recursos locales disponibles en el medio ambiente.
¿Cómo se desarrolla la creatividad en el ambiente Montessori?
La educación Montessori favorece la exploración y responde a la curiosidad desde los primeros años de vida, a través de experiencias concretas. El contacto con la naturaleza enriquece la capacidad de asombro. El Material Sensorial, que se ofrece a partir de los tres años, además de que ayuda a refinar las percepciones, representa la base para que el niño identifique patrones y establezca relaciones. La posibilidad de encontrar el error (sin intervención del adulto) y considerar la equivocación como una oportunidad de aprendizaje, abre nuevos horizontes.
La percepción del individuo como una unidad que integra aspectos motores, sensoriales, cognitivos, emocionales y sociales, también promueve la creatividad. En el libro Un ser humano, al explicar el funcionamiento cerebral, la Dra. Quattrocchi Montanaro indica:
[su_quote]“A los niños se les debe dar la oportunidad de usar ambas partes del cerebro sin influenciarlos directa o indirectamente; se les debe ofrecer, a cualquier edad, una experiencia equilibrada del pensamiento verbal e intuitivo para ayudarlos a desarrollar el gran potencial de la mente humana… Mientras mayor sea la colaboración entre los dos hemisferios, más rico será todo lo que hagamos.”[/su_quote]
De acuerdo con la Teoría de la experiencia óptima, la creatividad llega con el tiempo y con la práctica. En los ambientes Montessori, cuando la niña consigue enfocarse en una actividad, se evita cualquier tipo de interrupción, no solo porque está consolidando una habilidad, sino porque también puede estar descubriendo otras posibilidades en la misma tarea. La Dra. Montessori dice: La repetición del ejercicio lleva al perfeccionamiento; a la ecuación repetición-perfeccionamiento, podría agregarse: innovación.
Las capacidades de abstracción e imaginación, que se incrementan notablemente a partir de los seis años, también tienen un papel fundamental en el pensamiento creativo. Una de las conclusiones que Angeline Stoll Lillard expone en su libro: The science behind the genius, a partir del seguimiento hecho durante algunos años para identificar características distintivas de los niños educados con el método Montessori, es la habilidad para la resolución de problemas. Al ser “educados para la vida”, se convierten en personas capaces de encontrar soluciones novedosas, esto los lleva a responder a los retos del día a día de manera propositiva.
Mientras aprende en un contexto significativo que promueve la colaboración y respeta el ritmo individual, disminuye el nivel de estrés y la niña es capaz de canalizar mejor su potencial natural.
Gabriel García Márquez, ejemplo de creatividad en el campo de las letras, relata su experiencia como alumno de una escuela Montessori, en el libro autobiográfico Vivir para contarla y concluye:
[su_quote]“No creo que exista método mejor que el montessoriano para sensibilizar a los niños en las bellezas del mundo y en despertarles la curiosidad por los secretos de la vida”.[/su_quote]
[su_heading size=»16″ margin=»10″]¿Quieres saber más sobre lo que puede aportar la educación Montessori al niño? Lee el siguiente artículo sobre la diferencia entre el método de enseñanza convencional versus el método Montessori [/su_heading]
Adela Vizcaíno R.
Departamento Pedagógico