A menudo, los adultos creemos (erróneamente) que los niños no pueden satisfacer sus necesidades físicas por sí mismos. Sin embargo, la naturaleza dota a niñas y niños con los medios necesarios para desarrollar habilidades que les permiten llegar a ser individuos autónomos físicamente, lo que nos habla de una necesidad propia del ser humano.
En palabras de la Dra. Montessori, dentro de su obra La mente absorbente:
Y es que, en la pedagogía Montessori, los conceptos de independencia y libertad del niño tienen una connotación distinta a esta visión común del adulto.
Desde que nacemos hasta que logramos dar nuestros primeros pasos, deben cumplirse una serie de condiciones fisiológicas, las cuales preparan a los órganos que nos permiten caminar. Este es un momento decisivo para la conquista de la independencia: al caminar, la mano se libera y permite al niño ir adquiriendo habilidades para cubrir sus necesidades básicas, como vestirse, bañarse, comer, etc.
En este artículo te damos una serie de consejos para ayudar al desarrollo adecuado de la autonomía de niños y niñas, tomando como base la pedagogía Montessori.
¿Cómo podemos fomentar la autonomía en los niños?
1. Respeta su actividad, sin interrumpirlo
Cuando respetamos la actividad del niño, sin interrumpirlo, y dejando que cierre ciclos, le estamos dando un mensaje positivo, haciéndole sentir que puede hacer las cosas solo. Por el contrario, si le interrumpimos, estaremos obstaculizando sus funciones naturales y, con ello, su independencia. Estaremos impidiendo que avance en su desarrollo e, incluso, fomentando un retroceso. Como resultado, tendremos a un niño o niña que no consolida sus habilidades, volviéndose dependiente, inseguro y temeroso.
2. Fomenta el movimiento libre
Un componente clave para desarrollar la autonomía de los niños y niñas es favorecer la libertad de movimiento.
Crear un entorno donde el niño tenga la posibilidad de moverse libremente (dentro de los límites del respeto por los demás y el medio ambiente), le dará la posibilidad de autorregular su necesidad de movimiento físico, sin necesidad de que le tengas que indicar cuándo y cómo es apropiado que se mueva.
Esta práctica temprana en la autorregulación del niño ayuda al desarrollo de un futuro adulto autorregulado.
3. Deja que elija libremente
Junto con la libertad de movimiento, los niños deben tener la posibilidad de elegir sus actividades libremente, dentro de los límites necesarios y atendiendo siempre a su seguridad.
La libertad de elección transmite al niño confianza y seguridad, al saber que cuenta con el adulto para apoyarlo en cuanto lo necesite. De igual forma, le da la posibilidad de satisfacer sus propias necesidades, apoyando así al desarrollo de su autonomía.
El papel del adulto, deberá ser observar e intervenir cuando sea estrictamente necesario.
La Dra. Montessori consideraba cada logro como una conquista continua dentro del proceso madurativo. Esto nos dice que, si se le da el tiempo adecuado para alcanzar esa maduración, el niño atesorará en su interior la alegría de crecer y vivir en libertad.
Rosaura Rodriguez Infante
Departamento Pedagógico
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