Es usual que, en una conversación informal sobre los contenidos escolares, personas de todas las edades tengan predilección por cualquier área que no se relacione con las Matemáticas, incluso hay sentimientos de rechazo, desagrado y frustración cuando se habla de números.
Esto difiere mucho en un ambiente Montessori.
En él, la mayoría de los niños y niñas suelen interesarse por aquellos materiales que implican cualidades, procesos y conceptos ligados a las Matemáticas. ¿Cómo es que esto sucede? En realidad, la respuesta es “sencilla”:
Nuestro método tiene, entre sus premisas fundamentales, “seguir al niño”. Así es cómo se logra que los alumnos disfruten el trabajo no sólo en esta, sino en todas las áreas de aprendizaje.
Pero ¿qué es lo que esta premisa significa en términos concretos? ¿Cómo disfrutan los alumnos las Matemáticas en un ambiente Montessori? En el artículo de hoy abordaremos estas cuestiones.
Las matemáticas y el ambiente Montessori por edades
El ambiente Montessori es una de las claves para lograr que los niños disfruten al trabajar las matemáticas. A continuación, hablamos de cómo influye el ambiente en su aprendizaje, según la etapa de edad:
Desde el nacimiento
Desde el inicio de la vida, el ambiente es un factor determinante en el desarrollo.
Para un bebé es necesario que en su día a día se establezcan rutinas y horarios. Un ambiente así brinda seguridad, establece un orden y permite al niño predecir y establecer relaciones de causa-efecto.
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De 1 a 3 años
En los ambientes Montessori de 1 a 3 años, el espacio dispone la oportunidad de movimiento y exploración. Los niños tienen experiencias sensoriales que les ayudan a conocer el mundo que les rodea.
De 3 a 6 años
En el periodo de 3 a 6 años, se amplían las posibilidades. Se ponen al alcance de los niños una cantidad adecuada de materiales científicos en el momento preciso, respetando las necesidades propias de la edad, considerando su individualidad y con base en la observación detallada de su actividad diaria.
Los ejercicios que pertenecen al área de Vida Práctica invitan a la concentración para lograr concluir exitosamente una secuencia de acciones encaminadas a un objetivo particular.
El trabajo cotidiano ofrece muchas oportunidades de enseñar matemáticas, cuando decimos: “faltan dos botones en tu delantal”, “necesitamos tres platos”, han crecido cuatro hojas a esta planta”, etc.
El área de trabajo sensorial provee experiencias relacionadas con reconocimiento de longitud, tamaño y peso.
En cuanto a aritmética, se comienza a trabajar con el conteo siempre partiendo de un elemento concreto y finalmente se realiza la asociación de entre cantidad y grafía, ya que esta última es un elemento completamente abstracto.
Los ejercicios de movimiento, música y ritmo también son importantes, con estas actividades trabajamos: atención, concentración y memoria de trabajo.
De 6 a 12 años
De los 6 a los 12 años, continúa realizándose un trabajo que está fundamentado en una experiencia sensorial, concreta.
En esta etapa, en la que el desarrollo del niño también incluye la capacidad de abstracción, la experiencia con el material será un elemento fundamental que, paulatinamente, dará al niño la oportunidad de realizar generalizaciones mentales.
El material Montessori brinda diferentes experiencias. Algunos materiales y presentaciones introducen una ley matemática o un procedimiento, otros permiten a los niños explorar una idea poco a poco, ganando claridad y comprensión.
De la misma forma que en la Casa de los niños (3 a 6 años), en esta etapa existe el “aislamiento de dificultad”, es decir, se muestra solamente un reto intelectual nuevo a la vez. Los niños cuentan con una visión de la “totalidad” y, muy pronto, comienzan a trabajar con grandes cantidades, siguiendo una pauta de trabajo que parte de lo general a lo particular.
Para que el conocimiento se consolide, es indispensable la repetición. No obstante, en esta edad los niños también requieren nuevos retos, lo cual está contemplado en los ambiente preparados, ya que existen distintos materiales para trabajar un mismo concepto.
Después de cada presentación los niños son guiados hacia un trabajo de seguimiento. Esto consolida la adquisición de la información o de la habilidad implicada en el trabajo, que inicia con la demostración del material por parte del adulto.
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Cómo se aborda el error en Montessori
Un elemento más en esta metodología que es relevante en el desarrollo, no solamente intelectual, sino también emocional, es la forma en que se aborda el error.
Muchos materiales incluyen en su diseño un control de error, de esta forma, es el propio niño quien puede darse cuenta de que algo no está bien. Es así como se va autocorrigiendo.
Esto también desarrolla la capacidad de percibir las diferencias, comparar, observar y fijar la atención.
En las situaciones en que es necesaria la presencia del guía Montessori para señalar algún error, su intervención no es peyorativa.
Las observaciones que el guía hace tratan de concienciar al niño acerca del error y se pone la atención en ello. No se estigmatiza al alumno y, de igual forma, se destaca lo que es correcto.
Todos estos elementos hacen posible que la mayoría de los niños que asisten a un colegio Montessori se entusiasmen por trabajar en el área de Matemáticas, logrando el dominio de los temas abordados. La doctora observó esta alegría en el trabajo de los niños y lo describió de la siguiente forma:
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Liliana Contreras
Departamento Pedagógico IMI
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