“El tema (de la paz) sería el más noble de todos, quizás dependa de él que nuestra civilización evolucione o desaparezca… es bastante raro que todavía no exista algo así como una ciencia de la paz, teniendo en cuenta que la ciencia de la guerra parece estar muy avanzada”, señala la Dra. Montessori.
El concepto de paz desde la mirada de Montessori
La cuestión de la paz ha sido abordada desde diferentes puntos de vista: por filósofos, políticos y educadores, pero al igual que sucede con otros conceptos, las reflexiones de Montessori expresadas a lo largo de su vida en diferentes conferencias a partir de 1917 y recopiladas en su mayoría en el libro Educación y Paz, resultan reveladoras y actuales.
La idea más generalizada es que la paz significa el cese de la guerra; Montessori propone crear una cultura de la paz, que inicie con una nueva mirada hacia el niño, ya que uno de los conflictos más comunes sucede entre el adulto y el niño, causada por la incomprensión de las necesidades y las potencialidades infantiles.
“Nos conmovió profundamente descubrir un conflicto real y aterrador, una guerra incesante que el niño afronta desde el día mismo de su nacimiento y que forma parte de su vida durante sus años de formación… Al construir un entorno cada vez más alejado de la naturaleza, y por lo tanto, cada vez menos apropiado para un niño, el adulto ha aumentado sus propios poderes y de este modo ha oprimido aún más al niño”
En el contexto de la paz en Montessori no solo se revela como una científica, sino como una humanista que siempre abogó por los desprotegidos: los niños con dificultades de aprendizaje en la clínica en Roma, protagonistas de la primera experiencia educativa del método; los niños del barrio de San Lorenzo, que no solo representaban la situación de la infancia en general, en una época en que ni siquiera se había pensado en sus derechos, sino que pertenecían a un sector de la sociedad en desventaja. La defensa de la igualdad de la mujer, que la Dra. Montessori promovió participando en algunos congresos feministas, poco tiempo después de concluir sus estudios de medicina.
La labor de la Educación Cósmica en el desarrollo del niño
Otro de los conflictos se refiere a la relación que establece el ser humano con el resto de los seres vivos, que por mucho tiempo se caracterizó por un menosprecio y falta de respeto y cuidado; la Educación Cósmica es una alternativa para que la humanidad, desde la niñez, empiece a entender que su tarea sobre la tierra debe ser realizada sin romper el delicado equilibrio existente y reconozca la importancia de la labor que desempeñan todos los agentes en la naturaleza.
“Si las energías siderales son utilizadas por el hombre inconsciente, con fin de destruirse a sí mismo, no tardará en conseguir su objetivo, pues las energías de las cuales dispone son infinitas y accesibles a todos, en todo tiempo y lugar”, sostiene la Dra. Montessori en el libro antes citado.
La posibilidad de ofrecer a los niños un acercamiento educativo respetuoso, para que logren un desarrollo armónico, tendrá como resultado adultos capaces de solucionar conflictos, trabajar en equipo y encontrar un balance entre la necesidad personal y la necesidad de la sociedad. Por lo tanto, el desarrollo social del niño basado en el trabajo individual, el orden y la autodisciplina, es la verdadera vía para conseguir la paz, como expresa Montessori:
“Esta es la tarea ideal para la educación: tomar como punto de partida la naturaleza psíquica del niño para impulsarlo a convertirse en un ser humano equilibrado, consciente de sus debilidades, pero con fortaleza moral. Por lo tanto, la tarea del educador es inmensa para el progreso de la humanidad y la paz del mundo está en sus manos”.
Adela Vizcaíno R.
Departamento Pedagógico
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