La oportunidad de acompañar a nuestros hijos en su desarrollo, ser testigos de sus progresos y verlos convertirse en seres humanos responsables y autónomos, es una experiencia emocionante que, a la vez, representa un reto importante.
Un recurso que puede ayudarnos en la crianza de los más pequeños es la preparación de un ambiente en casa, en el que puedan crecer de acuerdo con las leyes naturales de desarrollo y donde puedan construir cimientos sólidos sobre los cuales desarrollen futuros aprendizajes.
El ambiente Montessori: aspectos a tener en cuenta
La pedagogía Montessori nos guía en la preparación del ambiente en el hogar y propone que este se debe ir adaptando a los diferentes momentos del desarrollo del infante. El objetivo es dar al niño o niña la oportunidad de conquistar diferentes grados de autonomía, así como de descubrir sus capacidades.
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La Doctora Montessori planteaba que la educación debe comenzar al nacer y que los primeros años son los más importantes, tanto para el crecimiento físico como psíquico:
- Es aquí cuando el niño tiene una mente más activa y curiosa, caracterizada por una gran capacidad de asimilar y aprender del ambiente que le rodea.
- El niño pequeño es especialmente receptivo a ciertos estímulos que le permitirán ir desarrollando habilidades básicas.
- Durante esta etapa, el niño demuestra una gran necesidad de moverse y es justamente a través del movimiento y de la utilización de sus manos que se dará el aprendizaje.
- En los primeros años este aprendizaje es una necesidad, por lo tanto, se le deben ofrecer oportunidades ilimitadas de observación, exploración y movimiento. Esto le permitirá desarrollar su carácter, el cual se irá construyendo gracias a la actividad.
Es importante recalcar que el niño aprende imitando, por lo que el adulto necesita ser ejemplo no solo para la adquisición del lenguaje, sino del movimiento, habilidades, valores, modos de comportarse y muchísimos otros aprendizajes.
Ideas para adaptar tu hogar a la pedagogía Montessori
Cuando en casa ofrecemos un ambiente Montessori, que proporciona experiencias nutritivas tanto a nivel físico, psíquico y emocional, estamos ayudando al niño a ser independiente y le estamos dando la oportunidad de contribuir en la familia, lo cual le va a permitir ganar confianza en sí mismo y en el entorno.
Pero, ¿cómo crear un ambiente Montessori en el hogar? Te presentamos varias ideas sencillas que te ayudarán a convertir tu casa en un espacio Montessori adaptado a tus hijos.
1. Espacio para moverse libremente
El primer paso para adaptar tu casa a Montessori es observar las necesidades de tus hijos.
En los primeros meses de vida, por ejemplo, el movimiento es el alimento básico para el desarrollo, por lo tanto, es necesario que preparemos un espacio en donde el niño tenga libertad de movimiento.
Cabe destacar que debemos cuidar que estos objetos sean seguros, reales, que proporcionen información sensorial de calidad y que permitan manipular diferentes formas y texturas como, por ejemplo, las cucharas de madera, sonajas o pelotas.
2. Objetos proporcionados a su tamaño
Una vez que el niño empieza a caminar, sus manos se liberan y comienza a dirigir su atención hacia actividades que ve realizar al adulto. Comienza a querer realizar acciones por sí mismo: vestirse, ponerse los zapatos, ayudar en las tareas de casa…
En este momento se le deben proporcionar espacios y objetos adaptados a sus nuevas habilidades y necesidades. A los pequeños les resulta muy complejo actuar en un ambiente donde las dimensiones y el tamaño de los objetos son demasiado grandes para permitirles hacer y manipular o para alcanzar objetos, por lo tanto, estos deben ser accesibles para que el niño pueda llevar a cabo el trabajo.
- un banco que le permita alcanzar el lavabo
- un cesto para colocar la ropa sucia
- una mesa y silla ligeras y adaptadas a su tamaño
- libros a su alcance
- gavetas o cajones bajos
- objetos propios del hogar (escoba, recogedor, delantal, cepillos, esponjas…) proporcionados a su tamaño
Es decir, todo aquel material que le permita llevar a cabo ejercicios de la vida diaria, las cuales representan una fuente inagotable de experiencias sensoriales y cognitivas, además de favorecer y ayudar al desarrollo del movimiento y a la construcción del carácter.
3. Muéstrale cómo hacerlo
Para lo anterior, es importante que el niño observe cómo se realizan las tareas propias del cuidado del hogar. Debemos ser muy conscientes de nuestros movimientos al realizarlas y llevarlas a cabo de manera pausada y marcando cada acción.
Algunos ejemplos de estas actividades: regar las plantas, arreglar flores, barrer, entre otras tareas del día a día.
4. Cocina y habitación adaptadas
Otra idea para ayudarles a desarrollar su autonomía es adaptar espacios concretos, como la cocina o la habitación.
- En la cocina podemos poner un cajón o alacena baja, donde se coloque un plato, un vaso, cubiertos, una pequeña jarra y un mantel.
- En la habitación podemos colocar un armario o gabinete a su altura. Este deberá abrirse fácilmente, permitiendo el acceso a la ropa propia de la estación del año, así como a los zapatos. Debemos colocar un número reducido de opciones para que el niño pueda elegir sin sentirse abrumado.
En general, todas aquellas actividades de la vida cotidiana, como poner los zapatos y la ropa en su lugar, recoger sus juguetes o ayudar en tareas sencillas de casa (guardar la comida, poner la mesa, recoger los platos…), son unas de las mejores formas de enseñarle a ser responsable. ¡Lo que se siembra en los primeros años permanece para toda la vida!
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5. Área de lectura
También es importante adaptar una pequeña área para la lectura con 3 o 4 libros adecuados a la edad del niño. Es muy importante que busquemos temas que despierten su interés para hacerlo más atractivo. Reservar un espacio para la realización de trabajos manuales también suele ser muy pertinente.
Conforme el niño va creciendo, es importante observarlo e informarse de las características propias del momento evolutivo por el que atraviesa. A partir de esto, para modificar el ambiente, debemos darnos el tiempo para compartir, conversar, trabajar juntos y escuchar sin juzgar. Esto fomentará relaciones de confianza y armonía entre el adulto y el niño.
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Esther Vargas y Vargas
Departamento Pedagógico
VIANEY dice
Me encanto!! Tienen algún curso para estimular lenguaje oral?
Asesoría y orientación de IMI dice
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Mariel dice
Hola, me interesa aprender sobre los muebles y juegos de madera Montesori. Me dedico a la carpintería, me agradaría saber cuánto no acompañar a estos seres en crecimiento, me agrada la curiosidad y energía que tienen.