![ambiente preparado para aplicar la pedagogĆa Montessori](https://montessorispace.com/wp-content/uploads/2021/12/ambiente-preparado-en-escuela-montessori.jpg)
Cada vez son mĆ”s las personas que se sienten atraĆdas por los principios de Montessori y deciden aplicarlos en la educaciĆ³n de niƱos y niƱas. Pero, ĀæcĆ³mo saber si se estĆ” haciendo correctamente?
Para poder implementar Montessori con Ć©xito necesitamos entender que no es solo una metodologĆa, sino que se trata de una filosofĆa de vida. AdemĆ”s, es fundamental que pongamos el foco en nosotros, los adultos. Jean Miller, experta montessoriana en el nivel 6 a 12 aƱos, sostiene que:
Cuando algo no funciona en la prƔctica cotidiana, la respuesta no estƔ en identificar aspectos negativos en el niƱo, sino en encontrar lo que el adulto necesita modificar.
A continuaciĆ³n, presentamos algunos de los errores mĆ”s comunes a la hora de aplicar Montessori.
1. Utilizar el material solo con fines didƔcticos
Aunque el material diseƱado por Maria Montessori resulta fascinante incluso para los adultos, a veces se limita a la enseƱanza de conceptos, en lugar de aprovecharse como un medio que permita a niƱas y niƱos descubrir, relacionar, entender, reflexionar y proponer.
2. Quitar o agregar materiales
Al mostrar los materiales Montessori a los niƱos y niƱas, es importante que sigamos una secuencia adecuada. Esto nos permite aislar la dificultad y aprovechar el interƩs natural de los pequeƱos.
Cuando el ambiente no ofrece el elenco completo de los materiales de cada Ɣrea, es decir, cuando quitamos o agregamos materiales, la secuencia se ve interrumpida, haciendo que los niƱos y niƱas se encuentren con obstƔculos para desarrollar habilidades y lograr aprendizajes significativos y permanentes.
La Dra. Montessori utiliza la expresiĆ³n: āsuficiente y necesarioā, para referirse al nĆŗmero de actividades en un ambiente que conserva tanto la calidad como la cantidad de estĆmulos idĆ³neos.
Cuando los adultos comprendemos esto, seguimos los ejercicios propuestos por la propia Maria Montessori y evitamos introducir otros objetos, como bloques o juguetes. TambiƩn cuidamos de no forzar a los niƱos y no agregar materiales que corresponden a otro nivel.
3. Trabajar con grupos escolares reducidos
Muchas personas consideran una ventaja los grupos escolares pequeƱos, suponiendo que los alumnos y alumnas serĆ”n mejor atendidos por el maestro y su aprovechamiento serĆ” mayor. Esto puede funcionar asĆ en algunos modelos educativos, incluyendo la enseƱanza tradicional, donde el adulto tiene un papel central y el niƱo un papel pasivo y secundario.
Sin embargo, en la propuesta Montessori, el trabajo del GuĆa Montessori se complementa con el ambiente y la interacciĆ³n entre los niƱos y los materiales. La presencia de compaƱeros de diferentes edades, que promueve la vida social, es otro factor determinante para facilitar los aprendizajes.
A partir del nivel 3 a 6 aƱos, el nĆŗmero promedio recomendado es de 25 niƱos por grupo que, idealmente, estarĆ”n acompaƱados por un guĆa y un asistente Montessori.
Sabemos que los niƱos, sea cual sea el nivel, aprenden a partir de su propia experiencia, pero tambiĆ©n lo hacen observando a los demĆ”s, por lo que la oportunidad de compartir un espacio con mĆŗltiples actividades, promueve el aprendizaje indirecto.
4. Olvidar que la disciplina surge de la concentraciĆ³n
Cuando ofrecemos actividades que responden a los intereses y necesidades de los niƱos y niƱas, estableciendo los lĆmites adecuados, estamos dando el primer paso para que surja la disciplina, no como algo externo, sino como la consecuencia de un estado personal de satisfacciĆ³n, auto regulaciĆ³n y respeto.
5. Interrumpir el ciclo de trabajo
Es indispensable realizar al menos un ciclo de trabajo de 3 horas diario, a partir del nivel 3 a 6 aƱos, y tener en cuenta lo siguiente:
- En lugar de reunir a todo el grupo al inicio de la jornada (lo que implica que quienes llegaron primero esperen al resto de sus compaƱeros), los niƱos pueden comenzar a trabajar desde que llegan. La mayorĆa elige algo relativamente sencillo y por poco tiempo.
- Aunque la siguiente actividad tiende a ser mĆ”s compleja y larga, Maria Montessori observĆ³ que luego se presenta la āfalsa fatigaā, un lapso en el que la actividad concentrada decae y el nivel del ruido aumenta, porque la mayorĆa no elige otro material de inmediato.
- DespuĆ©s de experimentar esta pausa, ellos se dirigen nuevamente hacia un ejercicio que les implique un reto mayor y en el que se enfocan por mĆ”s tiempo. Es el momento donde se consolidan las habilidades y se refuerzan los conocimientos, porque los niƱos tienen oportunidad de descubrir las mĆŗltiples posibilidades del material y alcanzan el āgran trabajoā.
Cuando no respetamos el ciclo de 3 horas continuas, los niƱos y niƱas tienden a involucrarse con el material de manera superficial o eligen un trabajo que no les supone un reto, para evitar la frustraciĆ³n de ser interrumpidos si estĆ”n en un nivel profundo de actividad. Esto tambiĆ©n sucede con quienes llegan tarde.
Si las guĆas inician y terminan el dĆa con actividades grupales muy largas, los niƱos de 3 a 6 aƱos no podrĆ”n ir mĆ”s allĆ” de la āfalsa fatigaā.Ā A esta edad, no se recomienda demasiadas actividades de grupo, sino dar prioridad al trabajo individual, de acuerdo a las caracterĆsticas de desarrollo.
En la etapa de primaria, los niƱos que no experimentan el āgran trabajoāĀ tambiĆ©n pueden manifestar su frustraciĆ³n a travĆ©s de la falta de interĆ©s en el material.
6. Traspasar la periferia
La Dra. Montessori es enfĆ”tica al expresar que el adulto debe trabajar con la periferia del niƱo, sin tocar el centro. Eso significa mantenerse en el campo de acciĆ³n de los materiales, las presentaciones, las lecciones y el cuidado del ambiente, sin interferir con las emociones o sentimientos del niƱo.
Cuando dirigimos nuestros esfuerzos hacia la concentraciĆ³n del niƱo y la dinĆ”mica del ambiente es la adecuada, estamos propiciando su sano desarrollo social-emocional.
7. Agregar elementos de otros enfoques a la prƔctica Montessori
A diferencia de la mayorĆa de los mĆ©todos educativos, la propuesta Montessori ofrece una sĆ³lida base teĆ³rica, validada actualmente tanto por expertos en desarrollo humano como en neurociencias y pedagogĆa; pero tambiĆ©n el ācĆ³mo hacerā, es decir, la forma de llevarla a la prĆ”ctica siguiendo al niƱo.
Cuando se aƱaden otros elementos al ambiente preparado, los materiales y/o el adulto-guĆa no cumplen su funciĆ³n, se desvĆan los fundamentos y propĆ³sitos y se interfiere en el desarrollo global de los niƱos y niƱas.
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- Asistente Montessori: 0 a 3 aƱos
- Asistente Montessori: 3 a 6 aƱos
- Asistente Montessori: 0 a 6 aƱos (doble titulaciĆ³n 0-3 y 3-6)
- Asistente Montessori: 6 a 12 aƱos (doble titulaciĆ³n 6-9 y 9-12)
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Adela VizcaĆno
Departamento pedagĆ³gico
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