10 beneficios del Ambiente Montessori

“El niño nos ofrece una gran esperanza y una nueva visión: con la educación quizás se podrá hacer mucho en vistas a una mayor comprensión, a un mayor bienestar, a una mayor espiritualidad” – Maria Montessori.

El ambiente Montessori o ambiente preparado es el entorno de desarrollo del niño, y no hace referencia solo al espacio físico, sino también a las personas con las que el niño se relaciona y las actividades y directrices que se plantean en ese espacio. Se plantea según las necesidades concretas de cada etapa y cada elemento tiene su razón de ser en el desarrollo.

En este artículo queremos explicarte los 10 principales beneficios del Ambiente Montessori en el niño. ¿Cómo puede ayudarle en su desarrollo integral?

1. Independencia

La Dra. Montessori definía la independencia como la habilidad para hacer algo por nosotros mismos. En el ambiente Montessori se ofrecen actividades constructivas que responden a las necesidades de desarrollo del niño y, a través de estas, el niño tiene la oportunidad de ir alcanzando distintos grados de independencia.

Cuando el niño es libre para elegir, desarrolla un sentido de independencia o autonomía acorde a su desarrollo y en este espacio es capaz de hacer elecciones adecuadas para él. De acuerdo a lo anterior, cuando se desarrolla la autonomía, se satisfacen los intereses y las necesidades.

2. Adaptación

Durante su desarrollo, el niño adquiere facultades humanas, como la inteligencia, el lenguaje, el movimiento, etc., al mismo tiempo que se adapta a las condiciones del ambiente en el que le ha tocado vivir.

El niño vive una relación distinta con el ambiente que le circunda. Mientras que el adulto admira el ambiente, el niño lo absorbe, se adapta, lo vuelve parte de él mismo.

Esta adaptación biológica es la absorción del lugar en el que ha nacido, lo que permitirá que se sienta ligado al propio país y a la sociedad que le rodea. Absorbe así costumbres, hábitos sociales, creencias y sentimientos… En resumen, todo lo que nos caracteriza y forma nuestra personalidad. La gran acción que podemos ejercer sobre ellos tendrá siempre como medio al ambiente, el cuál reproducirá los usos y costumbres propios de la cultura.

3. Libre elección

En el ambiente Montessori los niños tienen el material a su disposición, ellos escogen de acuerdo a sus necesidades interiores. Esto nos permite observar sus tendencias y sus necesidades psíquicas.

La libertad para escoger el material Montessori con el que se quiere trabajar, parte de las fuerzas internas que nos dirigen de forma instintiva hacia aquellos materiales que permitirán el desarrollo de distintas habilidades.

Debemos reconocer la dignidad de cada niño y entender que es una fuerza muy profunda la que le dirige hacia el trabajo. De aquí la importancia de contar con un ambiente preparado que le permita alcanzar y realizar tareas que satisfagan su alma.

Otro aspecto a resaltar es el respeto a la personalidad del niño: quien si no el niño es el fin mismo de la educación, el recurso más valioso en el proceso educativo, el ser a quien el adulto tiene el honor de acompañar y quien nos permite presenciar la maravillosa creación de su persona.

“De tal modo se desarrolla la actividad interior y social del niño; él tiene un fin inteligente que cumplir, un fin que su inteligencia busca y que el ambiente le presenta con libertad para alcanzarlo” – Maria Montessori.

4. Concentración

La concentración es el punto de inicio en el proceso de aprendizaje. Cuando el niño es capaz de concentrarse, toda su energía se enfoca en un trabajo en el que mente y acciones se encaminan hacia el desarrollo. Para que este proceso pueda darse son necesarias actividades con propósitos bien definidos y claros, que permitan al niño un trabajo real y constructivo.

En un principio, el niño se sentirá atraído hacia materiales que apelen al interés sensorial como, por ejemplo, el color. Sin embargo, a medida que adquiera más experiencia, pasará de lo conocido a un trabajo cada vez más intelectual.

5. Control y coordinación de movimientos

El movimiento es indispensable para el desarrollo del niño, no solo se beneficia el aspecto físico, sino que también se desarrolla la mente.

Uno de los mayores logros del niño es el esfuerzo que realiza para refinar su coordinación muscular, la cual le permitirá adquirir un nivel más alto de funcionamiento independiente. Esta es una necesidad de desarrollo: los niños son atraídos por actividades que involucran movimiento y, especialmente, por aquellos trabajos que le exigen cierto nivel de exactitud y precisión.

Dentro del ambiente Montessori, el niño puede moverse con soltura y alcanzar la coordinación motora gruesa, que manifiesta en el dominio del equilibrio. También conseguirá el desarrollo de la coordinación motora fina, con el uso de la mano, la cual era considerada por la Dra. Montessori como el instrumento de la inteligencia.

6. Materiales Montessori

Los materiales son necesarios para que el niño logre la concentración. Los objetos representan una necesidad para el niño, él es quien los escoge y es a través de ellos que se construye a sí mismo. En el ambiente Montessori todo está dispuesto para la actividad; el hecho de que los objetos puedan ser transportados, usados y vueltos a colocar en su sitio, da al ambiente un carácter atractivo e irresistible.

El material debe ser limitado en lo que se refiere a cantidad. El niño necesita ordenar en su conciencia la multitud de sensaciones que el mundo le provee y los límites le ayudan a ordenar su mente y le facilitan la comprensión de lo que le rodea.

7. Confianza / Seguridad

Uno de los beneficios que observamos cuando el niño llega al ambiente Montessori es el sentimiento de confianza y seguridad que experimenta. Al sentir este espacio ordenado, predecible, con rutinas establecidas; su espíritu crece y su energía avanza hacia su propio desarrollo. En el ambiente preparado existe una calma que permite la manifestación de la verdadera naturaleza de cada niño.

8. Desarrollo de la voluntad

La habilidad de escoger algo con intención se desarrolla gradualmente durante la primera fase de la vida y se fortalece mediante la práctica. El ambiente Montessori ofrece muchas oportunidades de trabajo entre las que el niño puede elegir. Esto desarrolla la libre elección, componente indispensable de la voluntad.

La voluntad es algo que se va desarrollando poco a poco, a medida que vamos repitiendo acciones y conforme vamos tomando consciencia sobre ellas. De esta forma, se moldea nuestro carácter y se fortifica nuestra capacidad de decisión, hasta que un día actuamos de forma consciente y voluntaria.

9. Conciencia social

El ambiente preparado favorece la socialización del niño al permitir el desarrollo de dos cualidades sociales de gran importancia: el respeto y la espera. Ambas entran en la vida del niño como una experiencia que va madurando con el tiempo; el niño sabe que si desea algo que otro niño tiene, no podrá tenerlo hasta que este haya terminado su trabajo. Y como resultado de la experiencia, al inhibir los propios impulsos, el niño adquiere paciencia. Así, estos rasgos se afirman espontáneamente en el niño a través de la experiencia, con la cual se establece la construcción social.

10. Conciencia Ecológica

El niño debe estar en contacto con la Naturaleza; esto le permite experimentar con ella y con el Cosmos de una forma inmediata.

“Ninguna descripción, ninguna ilustración de cualquier libro, puede sustituir a la contemplación de los árboles reales, y de toda la vida que los rodea en un bosque real. Algo emana de aquellos árboles que le habla al espíritu, algo que ningún libro, ningún museo es capaz de dar. El bosque nos revela que no sólo son los árboles los que existen, sino todo el conjunto de vidas interrelacionadas y esta tierra, este clima, esta fuerza cósmica son necesarias para el desarrollo de todas estas vidas. Esa multiplicidad de vidas alrededor de los árboles, esa majestuosidad y esa variedad son cosas que tenemos que salir a buscar y que nadie puede meter en una escuela”.

Esto nos dice que lo importante no son los conocimientos, sino la forma en que el niño tiene acceso a ellos y su actitud hacia los objetos de la Naturaleza, las Ciencias y las Artes.