La emoción es un proceso psico-fisiológico que se activa en el organismo cuando detecta algún cambio o desequilibrio, lo prepara para actuar y dar respuesta de forma rápida a un acontecimiento externo o interno.
Componentes de la emoción:
- Subjetivo, cada individuo las experimenta de forma diferente dependiendo de sus experiencias y de las situaciones a las que se enfrente, cada persona las siente e interpreta de forma particular
- Biológico, todas las emociones producen alteraciones a nivel fisiológico que afectan todos los sistemas, puede provocar cambios en la temperatura corporal, tensión arterial, actividad gastrointestinal, la respiración etc.
- Comportamental, la forma en la que se da respuesta a la emoción, postura, expresión, acciones, depende si la emoción es interpretada como positiva o negativa.
A pesar de que se han catalogado como positivas o negativas en relación al bienestar o malestar que generan en el individuo, todas son necesarias y válidas, juegan un papel importante para el desarrollo del ser humano.
Función de las emociones básicas
Proporcionan información a la persona sobre sí misma y sobre las personas que le rodean, forman parte de la identidad y el comportamiento. Elementales para la adaptación.
Las emociones que se perciben como desagradables han sido básicas para la supervivencia de la especie, disparan señales de alarma que preparan al organismo para huir o enfrentarse al peligro, afinan la atención en aquello que supone una amenaza.
Las emociones que se perciben como agradables, son la base del desarrollo social y la perpetuación de la especie, favorecen el apego, la atracción, empatía y la comunicación, lo que se traduce en relaciones sociales más satisfactorias.
A nivel biológico repercuten de forma positiva en la salud cardiovascular, la tolerancia al dolor físico y ayudan a superar estados de ánimo negativos.
Cognitivamente, mejoran la atención y la memoria, ayudan a la recuperación y codificación de los recuerdos, promueven el desarrollo de nuevas conductas, facilitan el aprendizaje y aumentan la creatividad.
¿Cuáles son las emociones básicas?
Miedo
El miedo surge como respuesta a la anticipación de una amenaza. Es un mecanismo ancestral que activa la reacción de lucha o huida, preparando al organismo para enfrentar situaciones peligrosas. Esta emoción juega un papel crucial en la supervivencia, alertando al individuo y promoviendo la precaución. El miedo puede variar en intensidad y se manifiesta de diversas formas, desde la ansiedad hasta el pánico.
Sorpresa
La sorpresa es una reacción ante eventos imprevistos. De corta duración, activa la atención para comprender lo que está sucediendo. Esta emoción despierta el interés y la curiosidad, fomentando la investigación y la adaptación a cambios inesperados. La sorpresa orienta hacia una nueva situación, estimulando la exploración y la capacidad de adaptación a lo desconocido.
Alegría
La alegría es una sensación de bienestar y seguridad que surge al alcanzar objetivos o experimentar vivencias positivas. Más que una emoción efímera, la alegría promueve conductas sociales y relaciones afectivas saludables. Fortalece el sistema inmune, reduce la ansiedad, desarrolla la creatividad y contribuye a la resolución de problemas, creando un ambiente propicio para el crecimiento personal.
Ira
La ira es una emoción intensa que se manifiesta frente a situaciones que amenazan la integridad. Desencadena frustración y puede generar conductas de defensa o ataque. Aunque puede ser percibida como negativa, la ira impulsa a resolver problemas y a establecer límites. Canalizada adecuadamente, esta emoción puede conducir a un entendimiento más profundo de las propias necesidades y límites.
Tristeza
La tristeza refleja un estado de ánimo decaído y pesimismo, muchas veces desencadenado por pérdidas, decepciones o fracasos. Aunque puede disminuir la actividad cognitiva, la tristeza favorece el autoanálisis y la autoprotección. Conduce a la búsqueda de ayuda y puede ser un proceso necesario para la recuperación emocional.
Aversión
La aversión es una emoción que surge ante algo desagradable, provocando rechazo y alejamiento. Esta respuesta emocional tiene un propósito evolutivo al prevenir interacciones con condiciones perjudiciales. La aversión promueve hábitos saludables al evitar estímulos que podrían ser dañinos para el individuo, contribuyendo así a la supervivencia y el bienestar.
El conocer y tener la capacidad de reconocer cada una de ellas nos sirve para poder comprender el comportamiento y aprender a gestionarlas de forma positiva.
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