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La Dra. Montessori consideraba el silencio como una fuerza positiva. El silencio permite la introspecciĆ³n, y nos lleva a entender quiĆ©nes somos, quĆ© sentimos y cĆ³mo actuamos o debemos de actuar. Nos ayuda a relajarnos, a meditar, a priorizar, a contemplar, a crear y explorar las relaciones.
El silencio tambiĆ©n nos permite entrar en un estado en el que podemos establecer y mantener una relaciĆ³n con algo superior a nosotros, en pocas palabras el silencio es algo superior a la palabra hablada.
āEl Ā silencio Ā absoluto Ā implica Ā absoluta Ā inmovilidadāĀ Ā MarĆa Ā Montessori.
ĀæPor quĆ© evitamos los silencios?
Es frecuente encontrar que la mayorĆa de las personas tienen una percepciĆ³n negativa sobre el silencio, se le asocia generalmente a la soledad, a la depresiĆ³n, al aburrimiento o al control. En otras palabras, suele ser considerado como un sinĆ³nimo de un estado improductivo.
Esto nos lleva a evitarlo, a desconfiar de Ʃl y a considerarlo como algo antinatural o como un comportamiento mal visto ante situaciones sociales. El mundo en el que vivimos actualmente tiene mucho ruido artificial, estamos acostumbrados a encender el televisor simplemente para tener ruido de fondo. El estimulo auditivo acompaƱa y sin este la soledad se deja sentir.
Esto pone al descubierto el miedo que produce el escuchar nuestros propios pensamientos. Los usos y abusos de la tecnologĆa y la percepciĆ³n errĆ³nea que tenemos del silencio, nos llevan a vivirlo como algo negativo. Este sentimiento lo transmitimos a los niƱos y el resultado es que ellos no tienen suficientes oportunidades para experimentarlo.
El silencio para los bebƩs y los niƱos
En el vientre materno, el bebĆ© escucha los sonidos sordos de lo que le circunda y se acompaƱa y consuela con los latidos del corazĆ³n de su madre.
Una vez que el niƱo entra al mundo, la cantidad de estĆmulos y sonidos le impactan violentamente y ante un sonido fuerte el niƱo reacciona con un reflejo de sorpresa que le saca de su estado de homeĆ³stasis al que solo regresa en el silencio.
La Dra. Montessori tratĆ³ de dar a los niƱo oportunidades para encontrarlo y experimentarlo, ayudĆ”ndoles a sentirse cĆ³modos con este y como una forma de encaminarse hacia una introspecciĆ³n.
Los adultos debemos reconocer, respetar y demostrar la importancia del silencio y ayudar al niƱo a apreciarlo.
Los niƱos pequeƱos no se interesan por sĆ mismos en el silencio, por lo que debemos revelarles su propĆ³sito ante interacciones sociales, en donde el silencio es necesario para escuchar a alguien que quiere comunicarse con nosotros. TambiĆ©n en el ambiente de trabajo el silencio ayuda a desarrollar una atmĆ³sfera de tranquilidad que propicia la concentraciĆ³n .Ā
Es importante entender que el adulto tiene la posibilidad de retirarse y escoger de forma consciente su entorno, en cambio el niƱo aĆŗn no tiene la suficiente autodeterminaciĆ³n para buscar y disfrutar de estas situaciones.
El juego del silencio
La Dra. Montessori observĆ³ que los niƱos necesitan el silencio y buscĆ³ la manera de propiciar momentos que permitieran vivenciarlo dentro del ambiente, para que de esta forma se hicieran consciente de su presencia y de su importancia.
El juego del silencio se trabaja con todo el grupo, y se da cuando los niƱos estĆ”n preparados para llevarlo a cabo, porque se necesita la cooperaciĆ³n de todos.
Previo a esto, existen en el ambiente oportunidades que sirven como una preparaciĆ³n indirecta para la realizaciĆ³n de esta actividad, como por ejemplo:
- Realizar actividades que requieran del control del movimiento, como los ejercicios de caminar sobre la lĆnea.
- Practicar lecciones de gracia y cortesĆa, que requieren el control del movimiento como una consideraciĆ³n hacia el otro. Por ejemplo: observar el trabajo de un compaƱero en silencio para no interrumpirle, etc.
- Escuchar una lectura en voz alta.
- Realizar ejercicios que estimulen la paciencia y la espera, como por ejemplo verter agua de una jarra a un vaso y esperar a que caiga la Ćŗltima gota de agua.
- El trabajo con propĆ³sito, que lleva al desarrollo del orden y a la satisfacciĆ³n interna.
TambiƩn se realizan ejercicios preparatorios en los que se ayuda al niƱo para que controle sus movimientos y paulatinamente los vaya inhibiendo, algunas de estas actividades son:
- Mantenerse en total silencio para escuchar los sonidos del exterior. Debemos recordar que nunca hay absoluto silencio: el viento, los Ɣrboles que se mueven, los sonidos de la ciudad, las voces, etc.
- Pedir a los niƱos que inmovilicen alguna parte de su cuerpo por un momento, por ejemplo un brazo.
- Tensionar alguna parte del cuerpo y luego sentir la relajaciĆ³n que produce soltar la tensiĆ³n.
- Para lograr el silencio debemos eliminar todos los movimientos, incluso nuestra respiraciĆ³n se debe controlar hasta que se vuelva silenciosa.
Lo anterior le lleva finalmente a realizaciĆ³n de un ejercicio que requiere de mucha concentraciĆ³n y del enfoque de todos sus sentidos, especialmente del sentido auditivo.
Los niƱos deben experimentar la belleza del silencio por sĆ mismos; es un ejercicio que les lleva a encauzar sus energĆas.Ā
En la bĆŗsqueda del silencio, el niƱo llega a adquirir mĆ”s consciencia de si mismo y de sus movimientos, los cuales adquieren una mayor coordinaciĆ³n. El silencio del cuerpo ayuda a la inteligencia a desprenderse del impacto de los sentidos y de los movimientos que generan distracciones inconscientes.Ā
La respuesta del niƱo al silencio y su goce natural se produce porque representa para Ʃl una conquista personal, en la que entra en contacto con su alma.
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