El llanto es la forma en la que el bebé se comunica, es su “lenguaje” al nacer. Este indica que el bebé ha empezado a respirar y que extraña la seguridad y calma que había en el vientre de su madre.
El objetivo del llanto del bebé es expresar sus necesidades, llamar la atención de los padres y en especial de la madre. En ella surge una resonancia especial ya que libera hormonas de estrés aumentando la presión arterial y la circulación estimulando el deseo de satisfacer la necesidades, tomarlo en brazos y hablarle lo cual fomenta los lazos de unión entre ambos.
La Dra. Montessori señala en su libro “Un niño en familia” (página 68):
“Esas lágrimas son el indicio de la angustia que padece su espíritu. Para construir su vida interior el niño necesita de reposo y uniformidad tranquila, nosotros, en cambio, le molestamos con nuestra continua y brutal intervención. Además, le lanzamos una cantidad de impresiones desordenadas tan rápidas y seguidas que no tiene tiempo de organizarlas y acogerlas. Entonces el niño llora, de la misma manera que si le faltara el alimento o hubiera comido demasiado y sintiera los primeros síntomas de una indigestión. Tanto si consolamos al niño como si lo dejamos secarse las lágrimas a él solo, estamos descuidando lo que tiene verdadera importancia. La causa esencial de este llanto nos pasa desapercibida porque es demasiado sutil, y sin embargo en ella está la explicación del todo.”
Los bebés en promedio lloran más en los primeros meses (alrededor de dos horas al día). Conforme van creciendo alrededor de los tres o cuatro meses empiezan a llorar menos (en promedio una hora al día), aunque hay bebés que suelen llorar más que otros.
El llanto del bebé y los cambios
Según estudios realizados, el llanto en los primeros meses puede expresar la necesidad de una rutina estable, predecible ya que el nacimiento implica una gran cantidad de cambios físicos y psicológicos.
Al nacer, los bebés deben de hacer varios ajustes ya que dejan un ambiente seguro, estable y tibio como lo era la matriz de la madre para entrar en un ambiente desconocido, del cual le llegan una gran cantidad de sensaciones que desconoce, ruidos e iluminado. Por ello, algunos se refugian en el sueño, pero para otros es tal la intensidad de sensaciones y el choque que producen estas a sus sentidos que expresan esta incomodidad a través del llanto.
Esto nos lleva a observar infantes sensibles que se agobian ante todas estas experiencias nuevas que suelen asustarle. No es extraño observar que tensan o sacuden los brazos y que suelen pasar de un comportamiento a otro, esto es, del sueño al llanto. Algunas sensaciones y conductas como el cambio de ropa, el baño, los olores fuertes, luces intensas el ser cargados por diferentes personas, pueden producirles estas conductas. En estos casos, es importante proveerles de un ambiente estable, calmado, evitando en la medida de lo posible aquellos cambios que lo alteren, hablarles con voz tranquila, respetar su ritmo, el uso de ropa y mantas suaves, bañarlo y cambiarlo con movimientos suaves, evitando tardar mucho en la realización de estas actividades.
El llanto del bebé es su única forma de comunicarse y de asegurar que sean atendidas sus necesidades. Aún cuando este pueda ser agobiante, hay que tener en cuenta que no es culpa del bebé, tampoco de los padres y no significa que el niño vaya a tener un carácter difícil o mal genio.
Observando al bebé
Como padres o cuidadores es importante observar al bebé. Esto nos permitirá conocer y comprender sus necesidades físicas y emocionales y responder a estas de forma adecuada y respetuosa.
Causas físicas que podemos observar:
- Hambre o sed.
- Pañal mojado o sucio.
- Gases.
- Calor o frío.
- Estar en alguna postura incómoda.
- Enfermedad o dolor.
Causas emocionales que provocan el llanto del bebé:
- Necesidad de contacto directo con la madre: que le tomen en brazos les permite establecer contacto emocional con sus padres y les ayuda a sentirse aceptados y seguros.
- Sobreestimulación: los ruidos intensos, o ser cargado demasiado, incluso algún juego podría irritar al bebé.
- Aburrimiento: Al nacer se tiene la idea de que el bebé es un sujeto pasivo que solo necesita comer y dormir, lo cual lo expone a una etapa de privación sensorial al ser colocados por mucho tiempo en cunas. Esto les limita a ver solo el techo y les impide observar y conocer el entorno, lo cual hace que se aburran y lloren para pedir atención. Por lo que es importante reconocerlos como sujetos activos en continuo desarrollo interesados en conocer y absorber el ambiente que les rodea.
Un punto a tener en cuenta es que el bebé está en sintonía con las emociones de la madre por lo que puede sentir la tensión de esta o de sus cuidadores. Si estos están irritables o estresados les será mucho más difícil al bebé calmarse y es probable que llore mucho más. Por ello, es necesario aceptar la ayuda del padre o de algún otro familiar o profesional que lo pueda tranquilizar.
Formas de calmar al bebé
- Al nacer, es importante establecer puntos de referencia, estos son recuerdos especiales relacionados a la etapa intrauterina. Algunos están relacionados con la madre como el latido de su corazón y su voz, otros fetales como movimiento de las extremidades el tocarse la boca el rostro, esto ayuda al niño a facilitar el paso del niño al nuevo ambiente. Abrazarlo y mecerlo entre los brazos le permite escuchar el ritmo cardiaco, el ritmo de la respiración de la madre y el movimiento le ayuda a calmarse.
- Acariciarlo en la frente o en alguna otra parte de su cuerpo.
- Darle un masaje, establecer contacto visual y táctil fomentan la creación de vínculos, aumentan la confianza y la sensación de bienestar en el bebé, reduce el llanto del bebé, alivia los cólicos y propicia mejores patrones de sueño.
- Cantarle o ponerle música, canciones de cuna o música calmada o alegre.
- Hablarle con voz tranquila.
Un punto que hay que tener en cuenta es que debemos darle la oportunidad al bebé de ir construyendo mecanismos de autoconsuelo. Esto implica que procuremos no adelantarnos de forma sistemática ante la mínima frustración, dar unos minuto de espera entre el deseo/necesidad y la satisfacción del/la misma. Este tiempo le permitirá ir desarrollando el pensamiento, la capacidad de imaginar y de previsualizar la figura de que alguien llegará a consolarlo. Cabe recalcar que esta espera debe de ser mínima especialmente si se trata de un recién nacido.
¿Cuándo buscar ayuda médica para el bebé?
Si el llanto del bebé está acompañado de las siguientes señales, debemos acudir a un médico:
- Fiebre, se toca o jala las orejas y no deja de llorar.
- Diarrea o vómito.
- Llanto del bebé repentino e intenso que indique dolor.
- Si el llanto empeora cuando se carga al bebé.
- Falta de contacto visual o calma extraña.
- Sollozo, con fiebre o letargo inusual.
- Abdomen hinchado, respiración fatigosa o inusual.
- Llanto por cólico.
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