A diferencia de lo que sucede en el aula tradicional, donde la mayoría de los alumnos experimentan rechazo y a veces hasta bloqueo hacia las Matemáticas, en el ambiente Montessori suele ser una de las materias favoritas de niños y niñas porque desde pequeños van desarrollando poco a poco y de manera natural las habilidades necesarias para contar, medir, calcular y realizar operaciones.
La Dra. Montessori consideraba que todas las personas tenemos la capacidad de desarrollar la mente matemática y la describe así en el libro La Mente Absorbente del niño:
Sin embargo, los métodos basados en introducir las Matemáticas de manera abstracta y centrarse en la mecanización de los procesos en lugar de la comprensión, interfieren con dicho desarrollo.
Un enfoque práctico desde los primeros años
En la propuesta Montessori, desde el nivel 3 a 6 años las niñas inician el aprendizaje indirecto de las Matemáticas a través del orden de las secuencias que les proporcionan las actividades de Vida Práctica y de la posibilidad de percibir los detalles para comparar y clasificar dimensiones, colores, formas, tamaños, pesos, texturas, temperaturas y sonidos usando los materiales sensoriales. La mayoría de estos materiales también ofrecen impresiones exactas como el metro lineal o el centímetro y el decímetro cúbico y la posibilidad de aproximarse a la Geometría construyendo figuras a partir de triángulos e identificando los principales cuerpos geométricos.
También se aprovecha cualquier oportunidad para vincular la Aritmética con el día a día, por ejemplo: en los momentos de transición se cuenta en voz alta (de uno en uno, de dos en dos, de diez en diez, étc.) o cuando los niños se preparan para comer cuentan los manteles individuales y utensilios que van a repartir a sus compañeros.
Materiales Montessori para el Desarrollo Matemático
Los materiales diseñados por la Dra. Montessori ayudan a que las niñas menores de seis años entiendan conceptos como la multiplicación, que consiste en repetir la misma cantidad cierto número de veces y además descubran patrones que facilitan la memorización de las tablas; lo mismo sucede con la suma, la resta y la división.
Al ser auto correctivos, permiten que los propios alumnos identifiquen y resuelvan posibles errores y prolonguen su interés en la actividad, evitando la interrupción del adulto.
Las actividades se dividen en secuencias que presentan un nuevo concepto a la vez y así se avanza de lo fácil a lo difícil. Los más pequeños consolidan las habilidades y los aprendizajes repitiendo un ejercicio; en la escuela primaria hay diferentes materiales y/o ejercicios con propósitos similares, para mantener el interés.
Los materiales permiten pasar de lo concreto a lo abstracto, por ejemplo: primero se identifican las cantidades, luego los símbolos correspondientes y después se unen ambos; esto sucede primero con los números enteros, pero también con las fracciones y los decimales. También se pasa del objeto a la representación numérica y luego a la algebraica al identificar los componentes de binomios y trinomios elevados al cuadrado y al cubo, entre otros.
Los contenidos en la primaria Montessori abarcan temas que tradicionalmente se incluyen después de los doce años, como la obtención de raíces, la introducción al Álgebra y el teorema de Pitágoras, que resultan apasionantes para las niñas de esta edad, porque están desarrollando una mente razonadora.
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