La educación necesita tanto de formación técnica, científica y profesional como de sueños y utopía – Paulo Freire.
El tiempo pasa, en un par de décadas los niños que están en nuestras aulas serán adultos, ¿qué adultos esperamos que sean? Si queremos formar individuos pertenecientes a sociedades maduras es fundamental cambiar el enfoque educativo. Cambiar competencias por liderazgos, tareas por participación activa, pensamiento pasivo por pensamiento propositivo.
¿Qué entendemos por innovación educativa?
El concepto de innovación sugiere una serie de novedades y cambios que se proponen para mejorar. En lo referente a la educación se puede concebir como el establecimiento de estructuras que generen un pensamiento diferente en la estructura educativa, que concierne a educadores, estudiantes y entorno, poniendo énfasis, no sólo en competencias o desarrollo cognitivo del niño, si no en el desarrollo integral; cognitivo, emocional, y espiritual; que genere además un pensamiento creativo.
La educación innovadora se refiere a la creación de ambientes preparados para el desarrollo integral de los estudiantes. Un docente innovador apoya a sus estudiantes, se acerca desde la empatía, la sensibilidad y el respeto. Diseña estrategias para que los contenidos se conviertan en puertas abiertas a nuevas posibilidades de aprendizaje. Un docente innovador no pretende dar todo el contenido, abre la puerta y motiva al estudiante a investigar de acuerdo a sus propios intereses. Observa y mide el progreso del estudiante sin generar en él angustia por resultados que lejos de ser significativos, distraen de los verdaderos intereses, interrumpiendo el proceso natural de aprendizaje.
El uso de tecnologías comunicativas, se considera una de las mayores innovaciones en términos educativos, pues en efecto, sugiere entre otras ventajas la posibilidad de acceder a páginas de información de manera casi inmediata, y permite además el enlace entre docentes y alumnos a través de plataformas sin necesidad de compartir el mismo espacio. Sin embargo, estas posibles ventajas no son innovaciones por sí solas. De hecho, se convierten en una posible barrera, si consideramos que la educación se establece a través del vínculo forjado entre educador y educando.
La educación innovadora implica entonces establecer estrategias de acompañamiento puntual en el desarrollo del niño, dejando atrás la idea de obtener contenidos de programas curriculares que no necesariamente corresponden a los intereses del niño.
La buena noticia es que el niño siempre tiene sed de aprender, pero no necesariamente está interesado en hacerlo a nuestra manera.
5 mitos que limitan la innovación en el aula
Innovar en la educación es indispensable. El temor, la resistencia al cambio y los prejuicios ante la diversidad de opciones han generado una serie de mitos que limitan la mirada hacia nuevas posibilidades:
1. La disciplina se pierde cuando no se ejerce la autoridad necesaria
La innovación educativa comienza en la confianza de que el niño es capaz de alcanzar metas individuales que se integren a la contribución del bienestar común. Es capaz de autorregularse sin necesidad de establecer parámetros de premios o castigos, entiéndase por premio también el halago fútil por tareas realizadas conforme a las expectativas.
Es entonces fundamental que el docente deje de “dar clases” para mejor ofrecer posibilidades de aprendizaje en diversas áreas cognitivas.
La convivencia empática, enfocada en la dignidad del niño, expandirá posibilidades en el autoconcepto del niño y favorecerá su higiene mental.
2. Seguir el interés de cada niño es un riesgo pues no se cumplen los avances curriculares
Tomando en cuenta la etapa de desarrollo en que se encuentra el niño, y proponiendo actividades acordes a las mismas, tanto sociales como de aprendizaje, el niño tendrá la oportunidad de establecer sus propios tiempos de trabajo y se hará responsable del resultado.
Cada tema debe convertirse en una oportunidad de exploración, en que cada niño o niña pueda enriquecer su propio acervo a través de actividades diversas, que las hagan significativas; antes de ser elementos de evaluación. Un examen, por ejemplo, puede convertirse en una importante barrera, al distraer al niño que explora más allá de lo concreto, obligándolo a enfocarse en respuestas predeterminadas que olvidará a la postre.
3. Las TIC son indispensables en la innovación educadora
Las tecnologías aplicadas a la educación son una herramienta eficaz para medir e identificar estilos de aprendizaje. Si se utilizan de manera adecuada pueden facilitar el acceso a información que genere conocimiento, así como permitir la comunicación inmediata a distancia. Sin embargo, no debemos perder de vista que la educación se basa en el vínculo que se establece entre individuos, esto es, entre el docente y los alumnos. De nada vale un dispositivo si no se ejerce una motivación constante, que sólo es posible aludiendo a la voluntad del niño a través una gama de posibilidades tan abierta como sea factible.
4. Los niños no son suficientemente maduros para ser parte integral del proceso educativo
Los niños aportan constantemente, son un estandarte de mente abierta. Se preguntan constantemente y descubren a través de los cuestionamientos. Comprenderlos como parte integral del grupo es determinante para desarrollar una dinámica comunicativa que puede enriquecerse con la voz de todos.
5. El docente es ya un profesional, que sabe a dónde debe llegar en el aula, permitir la diversidad de opciones pondría en riesgo su posición
En efecto se espera que el docente sea profesional, que se reconozca como un individuo que ha trabajado en sus propios procesos tanto cognitivos como personales para ser capaz de generar vínculos con los alumnos. En realidad, no está obligado a saberlo todo, pero sí es fundamental que quiera aprenderlo todo, lo que implica que mantenga la intención constante de seguir aprendiendo, de mantener un índice de cultura general amplio. Esto solo es posible existe, por su parte una apertura ante las diversas posibilidades para adquirir aprendizajes No sólo se trata de libros de texto, vale experimentar, explorar junto con los alumnos, asombrarse, reconocer que es parte de una biodiversidad y que eso implica la responsabilidad de cuidar el entorno, por lo tanto, de asumir que no es el líder mayor, si no que comparte el espacio de aprendizaje con cada integrante del mismo y que su papel es guiar y acompañar.
Si la respuesta es sí, no te pierdas esta formación en Innovación Educativa, diseñada para todos aquellos docentes que busquen innovar en el aula. En ella aprenderás sobre neurociencia, educación emocional, creatividad y nuevas tecnologías, y otros aspectos clave para la innovación educativa.
La innovación en la escuela pretende mejorar la capacidad de incrementar, de forma simultánea, el aprendizaje de los alumnos y el enriquecimiento de la comunidad escolar, con la finalidad de alcanzar las metas educativas más eficazmente tomando siempre en cuenta el desarrollo integral del individuo. Queremos sociedades con niños y adultos capaces de asumir un interés universal, que contribuyan al bienestar propio y de los demás, que se sientan parte de la comunidad y que apelen a la libertad y por qué no, a la felicidad.
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